Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

lunes, 31 de octubre de 2011

Semos 7000 millones

No existe acuerdo sobre la superpoblación que yo sepa. Sin duda que Malthus era un mal tipo desde nuestro actual punto de vista, y Ehrlich acabo por equivocarse tanto como él de puro estudiarlo. A mí, particularmente, me gusta este vidio -que no me dejan presentar en pantalla-, pero reconozco que es facilón, viejuno y carente de datos (Asimov, no obstante, tuvo dos hijos por presión marital)... 

http://youtu.be/dUwn2VV-8Yw

domingo, 30 de octubre de 2011

sábado, 29 de octubre de 2011

Una sóla frase para resumir cinco películas vistas recientemente (ninguna en la tele)

-¿Quién teme a Virginia Woolf?: Yo (los americanos en plan dramático se ponen de un exagerado...)
-Fóllame: Thelma y Louise a la francesa no es Tarantino ni es nihilista, es simplemente idiota.
-Los Blandings ya tienen casa: Cary Grant haciendo de soso egoistorro años ´50.
-Quemar después de leer: Borrar después de visualizar.
-Erasé una vez en América: De Niro, cuidado que este espaguetti te encasilla...

viernes, 28 de octubre de 2011

jueves, 27 de octubre de 2011

Interview with excellentisimus Pelayo Martín

http://www.blogdeldia.org/2011/10/la-idea/

Lluvia en Botella

It rains... en provecho de esta mujer que nos ha regalado una revelación inapreciable: para ella, hay que tratar a la naturaleza como a los hombres, fuentes ambas inagotables de trabajo y rendimiento en beneficio de su casta. Si es que ni disimular sabe, ¿puede haber un ser más necio sobre la piel de toro? Imposible. Todos los chistes de Lepe debieran serlo de la Botella. La ley de la Botella: el que se la tira se queda con ella. Y a los demás que nos deje en paz, por favor, o que vuelva al parvulario primero. Fin del asunto.
Succionando el cigarro como una gamba de restaurante caro

Teatro sobre el Holocausto, enviado por Susana F.

miércoles, 26 de octubre de 2011

¡Que no, que el tabaco no es ningún vicio!

Ojalá lo fuera. Pero no llega a tanto, raras veces la nicotina produce un goce irresistible. Más bien lo que produce ofuscación es su falta, que es distinto. De modo que basta de calificar a los infelices fumadores de viciosos, que sólo lo son en cuanto nocivos para sí mismos. Espe lo sabe, y por eso sería capaz de derogar tranquilamente la ley que prohibe ahumar los locales públicos. Total, esas humanos tubos de escape suavizan sus ansiedades y pagan impuestos. Unos benditos desde el punto de vista político y moral. Unos gilipollas desde el punto de vista sanitario y comercial. El ínclito Escohotado contaba que en el XIX el café fue prohibido en Rusia, y la gente se escondía en sótanos cladestinos a apurarse la tacita. Se cogían unos melocotones fenomenales, por lo visto: lo que es la sugestión. El fumador, en comparación, es un muerto ya antes de la planta de oncología. La prohibición total le vendría de lujo para alcanzar el rango de verdadero vicio. Mientras, para vicio, la lectura, y para virtud, caminar...

No obstante, hay algo que clama al cielo exigiendo una reparación. La adicción nos fue impuesta en nombre de valores abstractos (la virilidad, por ejemplo, también para las mujeres) que se disipan antes que el humo, y durante generaciones hemos padecido y muerto por ellos. Ahora que la cultura ha sido intervenida por otros agentes, se nos dice que nos lo creímos porque quisimos, pero lo cierto es que no nos hacía maldita la falta. Estoy esperando esas putas disculpas...

(Fumando espero).

martes, 25 de octubre de 2011

¿Qué es globalización?, Francisco Gómez Jiménez

Pregunta: ¿Cual es la definición más correcta de Globalización
Respuesta: La muerte de la Princesa Diana
Pregunta: ¿por qué?
Respuesta: Una princesa inglesa con su enamorado egipcio, tiene un accidente en un túnel francés, dentro de un coche alemán, con motor holandés, conducido por un belga borracho de whisky escocés, que era perseguido por paparazzis italianos en motos japonesas.
La princesa fue tratada por un médico Austriaco que usó medicamentos suizos.

Ahora estas recibiendo este mensaje escrito por un español usando tecnología americana (Bill Gates) con programas (software) instalados de empresas europeas, y australianas, desarrollados en India y lo estás leyendo en un PC con chips hechos en Taiwan con un monitor Coreano montado por trabajadores de Bangla Desh en una fábrica de Singapur, transportados en camiones rusos conducidos por tailandeses, robados por indonesios, descargados en los muelles por jamaicanos, reempaquetados por mexicanos y vendidos a través de una conexión paraguaya.

No os preocupeis, dentro de 5 años la globalización desaparecerá, todo será "made in china".
Entonces hablaremos de la chinalización

viernes, 21 de octubre de 2011

Annus mirabilis 2011

No me refiero, desde luego, al culo de Jennifer López, por muchos millones a que lo tenga asegurado. Este año que transcurre está resultando la calma en medio de la tempestad, la cerilla encendida en el tenebroso tunel de cieno, fasto y nefasto a la vez, un choque de sentidos opuestos que ni el mismo Heráclito concibió. Ojalá que vivas tiempos interesantes, dicen que dice la maldición china. Lo bueno de que ocurran cosas buenas no es sólo el hecho en sí, que luego se va, como predica la escuela profundamente triste del Carpe diem, sino al contrario: que suceda eso es prueba de que habitamos un universo en el que siempre puede volver a suceder. Lo cual, desdichadamente, no consuela de lo demás, pero justifica el conjunto, porque el suceso pasa a la historia, mientras que la posibilidad es eterna. En fin, tiene gracia que hasta el 1905 de Einstein haya sido puesto en entredicho recientemente, ya que esta despedida significa no otra cosa que se abre la posibilidad de nuevo de otro 1905 semejante...

jueves, 20 de octubre de 2011

Intervención de Slavoj Zizek en Liberty Plaza, Nueva York

En el crack de 2008 se destruyó más propiedad privada, conseguida con gran esfuerzo, que si todos los presentes se pusieran a destruir día y noche durante semanas. Nos dicen que somos soñadores. Los verdaderos soñadores son aquellos que piensan que las cosas seguirán siendo como son indefinidamente. Nosotros no somos soñadores, sino los que estamos despertando de un sueño que se ha convertido en pesadilla. No estamos destruyendo nada, sino siendo testigos de cómo el sistema se destruye a sí mismo.

Todos hemos visto la clásica escena de los dibujos animados en la que un coche se acerca a un precipicio y sigue rodando ignorando que está sobre el vacío, y sólo cae cuando el conductor mira hacia abajo y se da cuenta de ello. Esto es lo que estamos haciendo aquí. Estamos diciendo a los chicos de Wall Street “¡eh, mirad abajo!”

En abril de 2011 el gobierno chino prohibió que apareciesen en TV, películas o novelas todas aquellas historias que hiciesen referencia a realidades alternativas o viajes en el tiempo. Esta es una buena señal para China, puesto que significa que la gente aún sueña con alternativas, así que hay que prohibir este sueño. Aquí no se piensa prohibir nada de eso, porque el sistema en el poder incluso ha suprimido nuestra capacidad para soñar. Fijaos en las películas que vemos todo el tiempo. Es fácil imaginar el fin del mundo, un asteroide que destruya el planeta y ese tipo de cosas. Pero no se puede imaginar el fin del capitalismo. Así que, qué es lo que hacemos aquí? Dejadme que os cuente un viejo chiste muy bueno de los tiempos del comunismo…

Un tipo de Alemania del Este fue enviado a trabajar en Siberia. Sabía que su correo sería supervisado por los censores, así que propuso a sus amigos establecer un código. Si la carta que enviase estaba escrita con tinta azul, entonces lo que en ella se dijera sería cierto, y si estaba escrita con tinta roja sería falso. Transcurrido un mes sus amigos recibieron su primera carta. Estaba escrita por entero en azul y decía: todo es maravilloso aquí. Las tiendas están repletas de buena comida. Los cines pasan buenas películas occidentales. Los apartamentos son grandes y lujosos. La única cosa que no se puede comprar es tinta roja.

Así es como vivimos. Tenemos todas las libertades que queremos, pero nos falta tinta roja, el lenguaje con el que expresar nuestra no-libertad. La manera en que se nos enseña a hablar acerca de la libertad, la guerra, el terrorismo y demás falsifica la libertad. Y esto es lo que estáis haciendo aquí: nos estáis dando tinta roja a todos.

Pero hay un peligro. No os enamoréis de vosotros mismos. Lo estamos pasando bien aquí, pero recordad: los carnavales son baratos, lo que importa es el día siguiente. Cuando volvamos a nuestra vida normal, habrá cambios entonces? No quiero que alguna vez recordéis estos días como, “oh, éramos jóvenes y fue muy bonito”. Tened en cuenta cual es nuestro mensaje fundamental: que tenemos derecho a pensar alternativas. La regla se ha roto. No vivimos en el mejor de los mundos posibles, pero hay un largo camino por delante. Nos enfrentamos a cuestiones ciertamente difíciles. Sabemos lo que no queremos, pero, ¿sabemos lo que queremos? ¿Qué organización social puede reemplazar al capitalismo? ¿Qué nuevo tipo de líderes queremos?

Recordad: el problema no es la corrupción o la codicia. El problema es el sistema que os empuja a rendiros. Estad atentos no sólo a los enemigos, sino a los falsos amigos que ya están actuando para diluir este proceso. De la misma manera en que os dan café sin cafeína, cerveza sin alcohol o helado sin nata, tratarán de convertir esto en una protesta moral inofensiva. La razón por la que estamos aquí es que estamos hartos del mundo que recicla latas de Coca-Cola, del mundo del capuccino Starbucks, del mundo que destina un 1% de la riqueza a los niños que pasan hambre. Ya no es suficiente para que estemos a gusto, después de que se hayan subcontratado la guerra y la tortura e incluso después de que las agencias matrimoniales subcontraten a diario hasta nuestra vida amorosa.

Podemos ver que durante un largo tiempo permitimos que nuestro compromiso político también fuera subcontratado. Lo queremos recuperar. No somos comunistas. Si el comunismo significa el sistema que colapsó en 1990, recordad que hoy esos comunistas son los capitalistas más eficientes y desarraigados. En China hoy tenemos un capitalismo que es aun más dinámico que vuestro capitalismo americano pero que no necesita democracia. Esto significa que cuando critiquéis el capitalismo, no os permitáis que os chantajeen con la idea de que estáis en contra de la democracia. El matrimonio entre la democracia y el capitalismo se ha acabado.

El cambio es posible. Así que, ¿qué es lo que consideramos posible hoy? Sólo hace falta seguir los medios. Por un lado, en lo que respecta a tecnología y sexualidad, todo parece ser posible. Puedes viajar a la luna. Puedes ser inmortal con la ayuda de la biogenética. Puedes tener relaciones sexuales con animales o lo que sea. Pero mirad el campo de la sociedad y de la economía. En ambos, casi todo se considera imposible. Quieres subir un poco los impuestos para los ricos, te dirán que es imposible, perdemos competitividad. Quieres más dinero para sanidad: te dicen, imposible; esto significa un estado totalitario. Algo falla en un mundo donde se te promete la inmortalidad pero en donde no se puede gastar un poco más para sanidad. Puede que debamos marcar nuestras prioridades directamente aquí. No queremos niveles de vida más altos. Queremos niveles de vida mejores. El único sentido en el que somos comunistas radica en que nos importan los bienes comunes. El bien común de la naturaleza. El bien común de lo que es privatizado por la ley de propiedad intelectual. El bien común de la biogenética. Por esto y sólo por esto debemos luchar.

El comunismo fracasó absolutamente. Pero los problemas de los bienes comunes están aquí. Te están diciendo que aquí no somos americanos. Pero los fundamentalistas conservadores que reivindican ser verdaderamente americanos, necesitan que se les recuerde algo. ¿Qué es el cristianismo? Es el Espíritu Santo. ¿Qué es el espíritu Santo? Es una comunidad igualitaria de creyentes que están conectados por el amor mutuo y que sólo tienen su propia libertad y responsabilidad para hacerlo. En este sentido el Espíritu Santo está aquí ahora. Y allí en Wall Street hay paganos que están adorando ídolos blasfemos. Así que sólo necesitamos paciencia. Lo único que me atemoriza es que un día nos vayamos simplemente a casa y después nos reunamos una vez al año, tomando una cerveza y recordando nostálgicamente el buen rato que pasamos aquí. Prometámonos que este no será el caso.

Sabemos que las personas a menudo desean algo pero no lo quieren realmente. No tengáis miedo a querer realmente lo que deseáis. ¡Muchas gracias!

miércoles, 19 de octubre de 2011

Escrito está...

"(...) Necesariamente será una y la misma la educación de todos, y que el cuidado por ella ha de ser común y no privado."
 
Aristóteles, Política, s. IV a.C. -los romanos, y no sólo ellos, pensaban que las verdades se acreditan por su gran antiguedad.

martes, 18 de octubre de 2011

Pequeñas y grandes miserias de los grandes y pequeños filósofos: Isaac Newton

“Dios miro un día hacia la tierra y vio
que los hombres andaban en tinieblas
con respecto a su Creación. Dijo entonces:
¡Hágase Newton!"

Epitafio de Isaac Newton por Alexander Pope.


¡Newton!: desde que el -amado y odiado, pero siempre escuchado- Voltaire le honró con subidas alabanzas por encima de sus propios compatriotas franceses continuadores de Descartes, la gloria de este nombre ha crecido durante generaciones convirtiéndose al cabo en el sinónimo mismo del talento científico y la grandeza en el conocimiento del universo; se diría un cohete que no detiene su ascenso, un cometa de trayectoria infinita, y sólo la posterior preeminencia de Einstein (que, por cierto, se enorgullecía de detentar la cátedra que llevaba su nombre al igual que hoy Stephen Hawking se precia de llevar la de Einstein) ha podido, apenas, confinar la expansión de la figura del británico hacia espacios más limitados. Su epitafio es lo suficientemente elocuente a este respecto: Inglaterra ha sentido siempre la tentación de canonizarlo, y si no, al menos, de colocar un Belén paralelo al de las fiestas navideñas el mes que corresponde a su nacimiento entre prismas de felicitación, manzanas asadas y cantos de “teoremancicos”... Los reyes -magos o no-, tampoco le fueron adversos, ni las estrellas desobedientes, y todo ello pese a que, sin embargo, Newton (como escribe Stephen Hawking en su Historia del Tiempo) “no era -precisamente, añadimos nosotros- un hombre afable” ¿Quién era Sir Isaac Newton y qué más pudo hacer además de replantear las leyes de la física y remozar matemáticamente la fachada del Universo? ¿Cabe todavía esperar otro portento de parte de este engendrador de portentos, al que las mismísimas cosas vienen a rendirse a sus pies conforme a las leyes de caída que él mismo les fijó a fines del s. XVII? Pues lo sorprendente es que en cierto modo así es: con Newton la ciencia descubrió también su propia función en el cosmos característico de la civilización occidental, y esta es la cuestión ahora.

Hablemos de la Royal Society, a la que todavía hoy pertenece el mencionado Hawking. Por reseñar brevemente sus orígenes, conviene apuntar que aunque fue reorganizada en su forma institucional actual en Londres en el año 1662, su fundación respondió a la gran proliferación de academias y centros independientes que surgió inmediatamente después de la Guerra de los Treinta Años con el objeto de liberar la investigación científica de las trabas y el control religioso de las fundamentales universidades de aquel momento (sobre todo la Sorbona -la cual “intimidaba” a Descartes-, y un largo etc...) A diferencia de las academias francesas abiertas entonces bajo la férula del Rey Sol, la Royal Society comenzó siendo una especie de club privado financiado por la nobleza, independiente por tanto de hecho y no solo de nombre, y en la que reinaba una relativa y feliz anarquía hasta que Newton se hizo con la dirección y con ello prácticamente con todos los mandos, los cuales utilizó a mayor gloria de la ciencia -y, de paso, del newtonianismo…- sin mayores tapujos. Lo que Newton nos dejó, pues, además de sus inmensos descubrimientos en el campo de la física teórica, su ultimo “portento”, fue un cambio de paradigma, sí, pero en el campo de la política científica, y un nuevo medio o instrumento para afianzar este cambio: el modelo, justamente, de la Royal Society e instituciones afines, las cuales, moldeadas a la imagen y semejanza de su autoridad más visible, habrían de conformar el Imperio de la Visión Científica del Mundo que hoy reina y sobradamente conocemos.

Pero observemos antes un caso muy distinto de distribución poder/saber… ¿Quién no ha oído hablar aún por casualidad alguna vez de la célebre obra teatral de Bertoldt Brecht Galileo Galilei? En ella, el personaje del Cardenal Bellarmino -representante, en efecto, de la suprema potestad de la Iglesia de aquel entonces-, se niega terminantemente a admitir lo que están viendo sus propios y queridos ojos a través del telescopio del gran físico pisano, porque la más mínima aceptación de la existencia de satélites rodeando a Júpiter quebrantaría todos los dogmas espirituales (y también, aunque en subordinación, científicos) establecidos y bien trabados desde el medioevo en torno a la composición del plano celeste. Galileo, como todos sabemos, fue, de hecho, condenado por afirmar las consecuencias heliocéntricas de lo que el telescopio -junto con otras pruebas y conjeturas- llevaba fácilmente a pensar a cualquiera que dirigiese su mirada limpia de prejuicios hacia las estrellas. De esta manera (mediante unos ojos que no quieren ver…) Brecht teje en torno a esta anécdota característica del nacimiento de la ciencia moderna una hábil parábola acerca del conflicto secular entre la fuerza de tales prejuicios y la libertad de la ciencia, del discurso del poder contra el lenguaje de la naturaleza. Pero, de modo semejante a como en el siglo IV d.C. la espada de la égida romana contrajo nupcias permanentes con la cruz de un cristianismo hasta ese momento poco menos que perseguido y disidente, tres cuartos de siglo después del proceso histórico de Galileo (a quién, por cierto, la Iglesia perdonó… ¡apenas hace 25 años!), la vanguardia científica representada por la obra y figura de Isaac Newton no ya sólo no sufría en absoluto la desconfianza de los poderes e instituciones de su tiempo, sino que comenzaba ella misma a consolidarse como un Poder, a afianzarse como una Institución, y a erigirse como la nueva y emergente Ortodoxia que hoy podemos acreditar en su triunfo absoluto sobre las anteriormente dominantes.

Galileo fue, para todos, el físico-matemático por excelencia del Renacimiento, el que llevó más lejos las inquisiciones de los calculatori bajomedievales. Padeció en prisión los efectos de la censura intelectual eclesiástica, lo cual a estas alturas ha dejado de llamarnos demasiado la atención. Sin embargo, en la incipiente modernidad en la que transcurrió la vida de Newton, resulta ser la propia ciencia -ahora organizada- la que ejerce la censura sobre la misma ciencia. El genio de Newton, en efecto (capaz asimismo de exteriorizarse en “mal genio”), dañó -y, en alguna parte, enterró por centurias- el prestigio y la reputación de al menos dos eminentes colegas de profesión: el viejo y meticuloso Astrónomo Real Flamsteed (y téngase en cuenta lo que el sabio astrónomo significaba en tiempos de secularización de nuestra visión del firmamento), y el filósofo cosmopolita y multifacético Leibniz (y recuérdese también que, entonces, la física era una parcela de la filosofía, tal y como indica el titulo de la obra magna newtoniana: Philosophae naturalis principia mathemática). Con respecto al primero, contaba en carta del 26 de Junio de 1716 la princesa Carolina de Gales, que había acudido a visitarle al observatorio de Greenwich, como el astrónomo declaraba que Leibniz era un hombre honesto, pero que Newton era un gran villano que le había robado dos estrellas. La princesa confiesa que “no pudo evitar reírse: su hogar y su aspecto hacían pensar en el mago Merlín” -probablemente, también el independiente Galileo hubiese parecido un poco “Merlín” a quién, a finales del s. XVIII, conociese magníficos organismos científicos como la Royal Society... Y en cuanto al propio Leibniz, bajo cierto aspecto la historia ha terminado otorgándole la razón: el andamiaje del cálculo diferencial que hoy empleamos está diseñado conforme a la simbología y notación que él introdujo en Europa en 1684 (y que ya la mismísima Royal Society hubo de reconocer durante la querella por su descubrimiento que era de su genuina invención), por demás puesto al servicio de una mecánica de corte relativista como es la que campa en nuestros días a titulo paradigmático.

¿Quién temió al Newton feroz, tan celoso de su territorio, de sus excogitaciones y de su camada particular? Muchos, y no entre los peores. Y quién sabe si finalmente no le asistía la razón a ese periodista al que se refiere Leibniz en carta a Carolina de Gales: “Cuando la Corte de Hannover no estaba en muy buenas relaciones con la de Inglaterra, durante el gobierno del último Ministerio, creyeron que la ocasión era propicia para atacarme y para disputarme el honor de una invención matemática que se me atribuye desde el año 1684. Un periodista francés que escribe en Holanda dijo al respecto que parecía tratarse, no tanto de una querella entre el señor Newton y yo, sino entre Alemania e Inglaterra” (Mayo de 1715). Como se ve, la gran ciencia no se hallaba ni siquiera entonces libre de partidismos chovinistas, humana demasiado humana después de todo…

¡Newton!: empirista y místico a la vez (suele decirse que los intelectuales ingleses son siempre lo uno o lo otro); Rey científico y Tirano filosófico encarnados en un mismo hombre -posibilidad que no quiso o no supo entrever un pionero Platón-; antipático y seductor al tiempo; soltero empedernido pero casado con la posteridad... Imprimió una dimensión religiosa y política a la su obra teórica que agigantó su figura en vida hasta alturas que eran tan acordes con la envergadura de sus merecimientos como proporcionadas con el tamaño de sus fechorías. No obstante, hoy nos sirve de ejemplo, porque nadie está libre de pecado, ni aunque la humanidad le deba un gran salto adelante y algún que otro pasito atrás.

lunes, 17 de octubre de 2011

El secreto de los plumiferos

“¿Vivía para acumular prosa o es que todo se me convertía en literatura, como a los personajes de los cuentos se les convierte en oro? Siempre tuve, en todo caso, esta sensación de falsedad, esta conciencia de monedero falso, de estar acuñando otra cosa, secreta y mía, en lugar de vivir libremente, abiertamente, desnudamente, en contacto violento con la realidad, como mis amigos. Hoy, reflexionando sobre los cuadernos de Luis Vives, comprendo que el escritor es un falsario nato, un ser que busca el oro alquímico en los sótanos de sí mismo. La literatura, esa cosa aún poco conocida, se interponía entre la vida y yo. Se ha interpuesto siempre, lo cual equivale a no haber vivido.”

(Francisco Umbral, Los cuadernos de Luis Vives).

sábado, 15 de octubre de 2011

jueves, 13 de octubre de 2011

Desventuras de un padre múltiple, I

"Padre" incluye también madre, claro, conforme exige la gramática. Llevas al colegio y/o guardería a tres niños a pulso, dos en una sillita desvencijada ya por el peso y, en general, una vida baqueteada, que bien podrían ir a pie pero no tienes manos para mantenerlos en la acera, y otro en una mochilita delantera tipo Canguro Jack, basculante al ritmo de tus pasos. La gente te mira admirada, y chuchichea lo que en el fondo es más un "que listo he sido" de autoconsuelo que una genuina expresión de asombro. Los comentarios ya de los más próximos pero no íntimos, todos empiezan por "no te aburrirás, no, tienes entretenimiento..." -y tú patas de gallo y culo fofo, gilipollas. Los biceps se definen -muy filosófico-, los cuadriceps como patas de Robocop. Si hace calor, perdiendo toxinas en cantidad. Si frio, chimenea de aliento. Ocupas media calle abriendo paso a la manada, que cuando crezcan pareceran tu escolta. Pero lo peor, lo más ridículo, es que cuando por fin llegas al almacén de crios, encima te pesa dejarles...

miércoles, 12 de octubre de 2011

¡Fiesta del Pilar!

¡Día de la Hispanidaz!

-(Españoles): "Buenas, soy Colón y vengo a colonizaros."
-(Indios): "Joder, pues menos mal que no te llamas Sodom..."

martes, 11 de octubre de 2011

Privados... de opinión

Yo me entero de poco, me he convertido en un auténtico animal doméstico, pero no he visto que en ninguna parte se hable de la posición de los profesores de la privada y concertada. Una posición equivoca, falsa, por cierto. Ellos no van a salir directamente beneficiados de las ayuditas del tándem tatcherista Figar/Aguirre a la educación elitista, y no hacen más que contemplar como pasmarotes las protestas de sus sedicentes colegas de profesión en las calles sin decir esta boca es mía. Sin embargo, pase lo que pase, los de la publica seguirán cobrando más por menos horas, y gozando de condiciones de trabajo más democráticas y tranquilas (al menos entre compañeros y respecto a las directivas, por no hablar de que aquí sí terminaremos dando nuestras asignaturas). De manera que el único consuelo a su justificada envidia será que efectivamente los centros publicos se conviertan en guettos de los alumnos más desfavorecidos, y eso no puede hacer frotarse las manos a nadie medianamente decente. Pero el pudridero mental de las racionalizaciones es un cuerno de la abundancia que jamás se agota, y cada uno de estos señores/as supongo que se lo montará con su autoestima como pueda, máxime teniendo en cuenta que lo que es la oposiciones está claro que ya no las van a sacar...

lunes, 10 de octubre de 2011

Carta urgente al impagable juez Del Olmo, anónimo

"Estimado juez Del Olmo: Espero que al recibo de la presente esté usted bien de salud y con las neuronas en perfecto estado de alerta como es habitual en Su Señoría…

… El motivo de esta misiva no es otro que el de solicitarle amparo judicial ante una injusticia cometida en la persona de mi tía abuela Felicitas y que me tiene un tanto preocupada. Paso a exponerle los hechos:

Esta mañana mi tía abuela Felicitas y servidora nos hemos cruzado en el garaje con un sujeto bastante cafre que goza de una merecida impopularidad entre la comunidad de vecinos. Animada por la última sentencia de su cosecha, que le ha hecho comprender la utilidad de la palabra como vehículo para limar asperezas, y echando mano a la riqueza semántica de nuestra querida lengua castellana, mi querida tía abuela, mujer locuaz donde las haya, le ha saludado con un jovial "que te den, cabrito".

Como una hidra, oiga. De poco me ha servido explicarle que la buena de la tía abuela lo decía en el sentido de alabar sus grandes dotes como trepador de riscos, y que en estas épocas de recortes a espuertas, desear a alguien que le den algo es la expresión de un deseo de buena voluntad. El sujeto, entre espumarajos, nos ha soltado unos cuantos vocablos, que no sé si eran insultos o piropos porque no ha especificado a cuál de sus múltiples acepciones se refería, y ha enfilado hacia la comisaría más cercana haciendo oídos sordos a mis razonamientos, que no son otros que los suyos de usted, y a los de la tía abuela, que le despedía señalando hacia arriba con el dedo corazón de su mano derecha con la evidente intención de saber hacia donde soplaba el viento.

Como tengo la esperanza de que la denuncia que sin duda está intentando colocar esa hiena -en el sentido de que es un hombre de sonrisa fácil- llegue en algún momento a sus manos, le ruego, por favor, que intente mediar en este asunto explicándole al asno -expresado con la intención de destacar que es hombre tozudo, a la par que trabajador- de mi vecino lo de que las palabras no siempre significan lo que significan, y le muestre de primera mano esa magnífica sentencia suya en la que determina que llamar zorra a una mujer es asumible siempre y cuando se diga en su acepción de mujer astuta.

Sé que es usted un porcino -dicho con el ánimo de remarcar que todo en su señoría son recursos aprovechables- y que como tal, pondrá todo lo que esté de su mano para que mi vecino y otros carroñeros como él -dicho en el sentido de que son personas que se comen los filetes una vez muerta la vaca - entren por el aro y comprendan que basta un poco de buena voluntad, como la de mi tía abuela Felicitas, para transformar las agrias discusiones a gritos en educados intercambios de descripciones, tal y como determina usted en su sentencia, convirtiendo así del mundo un lugar mucho más agradable.

Sin más, y agradeciéndole de antemano su atención, se despide atentamente, una víbora (evidentemente, en el sentido de ponerme a sus pies y a los de su señora)."

domingo, 9 de octubre de 2011

sábado, 8 de octubre de 2011

Un pesadilla muy s. XXI

Esta noche he soñado que todo se deterioraba a velocidad record, y el mundo entero tenía los días contadísimos (veinte más o menos). La imperfección, la mugre, la vejez, la corrupción, la enfermedad y la descomposión se cebaba sobre todo, como en una hipertrofia de la repugnancia platónica por el plano sensible -la existencia un vómito de Platón. Mi familia y yo esperábamos largas colas de racionamiento para recibir no más que mierdas, cada día que amanecía encontrándonos más sucios, estropeados y desesperados. En una de estas, mi hijo, perdida ya toda alegría, le quitaba un mendrugo asqueroso a otro niño, y Rita le llevaba a una esquina oscura para darle una última reprimenda tan espantosa y desoladora como que le sabía condenado.

Nunca he leído El país de las últimas cosas de Auster, no: es sólo la pesadilla de una mente friki, necia y sensible en tiempos de crisis y recesión anunciada, cuyo relato dedico a aquellos que nunca han sentido ni sentirán nada parecido, arrellanados en sus tronos, justificándose por el móvil o mojando los pies en sus piscinas...

jueves, 6 de octubre de 2011

R.I.P. Steve Jobs

El pertinaz cáncer sigue sin respetar fortunas y posición, como la parca barroca (ya lo hará, ya...) Esteban Profesiones nos ha legado un montón de chismes que no sabemos si amplian o más bien sustituyen la función del glotis humano, como la telegrafía vino a acabar con el correo de postas que evocaba largamente Thomas de Quincey. Claro que son cosicas que no necesitamos para nada si nos ponemos puristas, pero a los hombres nos gusta con locura la varianza por la varianza misma, y más si viene envuelta en un envase futurista. Ser un espartano antiguo, como ser un chino milenario, no cambiando durante siglos, ya no sólo es ir contracorriente, sino que es vitalmente imposible. Funcionamos como un dominó gigante de esos que hacen espectáculo en la tele: alguién que puede empuja ficha y toda la figura del mundo la sigue cambiando de color. Si sólo fuese cuestión de color... pero no sabemos ya de qué es cuestión. Hoy me endosan en el curro la dichosa PDA: al "mago de la tecnología" no sería justo ponerle falta -aunque sólo sea por Pixar.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Fábula de la señora Aguirre, José Luís Povedano

CUENTAN de una Raposa
que astuta y rica vivía
y sólo condescendía
a hablar de unas cuantas cosas.
De nombre, aunque no era
verde pero verde se ponía,
fuera de esperar templanza,
aunque Esperanza, decía:
“¡Ay, que no quedan dineros
en mis arcas capitales!”
Pues busquemos animales
a quien quitárselos quiero.
Habló primero al banquero,
amigo suyo querido:
"no temas, el elegido
no serás tú, caballero".

¿A quién miraré que pueda
darme con qué gobernar?
Al burro no, que cocea.
Al gallo no, que pelea.
Al jefe, que no es león,
mas de León sigue siendo.
No, que es otro sin razón
con el que ando discutiendo.
¿Al topo que es muy gallardo,
hace hoyos y tunela;
aquel que vive en mi casa,
aunque en mala relación...?
No, pues que suelo insultarle
y, más que llamarle alcalde,
yo le llamo so... cavón.
Está, además, fastidiado,
pues en tan alta belleza
quiso poner su ciudad
que, yendo aún por la mitad,
anda bastante endeudado.

Ya sé qué es lo que yo haré,
dijo gritando triunfante,
del Holgazán Enseñante
mi ruina subsanaré.
¿Acaso no es un mangante
con tan poco trabajar
y decir que es importante
la tontuna de enseñar?
Que está sólo algunas horas
y no es trabajo esforzado
y, total, si hay más parados
qué pudieran enseñar...
¿a quién ello ha de importar
si, en poniendo dos horitas,
que ni ponen, que ni quitan,
muchos puestos me he de ahorrar?
¿O, acaso, es que puede haber
labor menos productiva?
¿Fabrican algo importante:
dinero, joyas, comida...?
¿Comemos fiIosofía?
¿Números primos cobramos?
¿Qué más me da a mí saber
si el pesao de Saramago
era un señor portugués
o una Sara de 'Bilbado'?”

“Mil contratos, que no haré,
irán a la papelera
y que encima no se quejen,
que enseñar puede cualquiera”.

Y así, el pobre enseñador,
que maestro era llamado,
encontróse harto insultado
por tan ilustre orador.
“Que trabajen –dicen muchos-,
que hacen grandes vacaciones”.

Y no saben los gritones que,
en materia de trabajo,
el que enseña a los de abajo
debe mucho cavilar
y, aun en casa descansando,
está siempre preparando
y no deja de pensar.

Por eso, señora Aguirre,
déjese usted ya de ultrajes,
diga pronto otras lindezas,
piense más con la cabeza
y estudie más personajes.
Escriba usted con tilde,
y sepa que está muy feo
criticar si no se sabe
y robar si uno es banquero.

lunes, 3 de octubre de 2011