Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

martes, 8 de marzo de 2011

Entrevista sobre la clonación...

... que me hacen unas alumnas por escrito para un trabajo de biología o CMC, no sé. Tiembla, Punset...


1. ¿Qué es la clonación?


Técnicamente, resulta obvio que esa es una pregunta para un biólogo cualificado, que además de saberla la practican -porque, en efecto, saber qué es la clonación equivale a saber hacerla-, y su descripción más elemental (que ya de por sí es compleja…) puede encontrarse en Wikipedia o miles de sitios más de Internet, de modo que trataré de dar la respuesta de un filósofo, habida cuenta de que carece, claro, del rigor metódico característico de las ciencias experimentales, pero que no por ello habría de ser menos verdadera siempre que convenza a cualquiera. Según ella, pues, la clonación consiste en la posibilidad, actualmente real y verificable en laboratorio, de interrumpir o desviar el curso natural de la reproducción de los seres vivos para introducir en él una pauta exclusivamente humana, concretamente la de producir de manera artificial una copia genética de una entidad viva (o dudosamente viva, como un virus) de acuerdo con los deseos o intereses de determinados hombres preexistentes –y esta es la cuestión clave.

2. ¿Qué opinas sobre su realización y sobre las leyes que la rigen?

Opino que, en este tipo de cosas, es lo mismo lo que opinemos yo o las autoridades competentes que estén o vayan a estar encargadas del asunto: como suele decirse vulgarmente, no se va a “desinventar” nos guste o no, de manera que más vale que nos vayamos acostumbrando a la idea de que existe, y como existe impepinablemente, de que o bien se llevará a cabo fuera de la ley, generando una especie de mercado negro clandestino colosal, o bien habrá que arbitrar leyes responsables que la normalicen para el bien de todos. Que tales leyes se adapten al ritmo de los avances de la ingeniería genética y sean capaces de integrar la clonación en los futuros cambios sociales de modo transparente y democrático depende de nuestro grado de madurez como especie, algo, pues, de lo que nunca cabe confiar demasiado…

3. ¿Crees que la clonación daña la dignidad del ser humano?

Todo en este mundo nuestro está expuesto a la manipulación más grosera, todo, y nada se ha inventado o descubierto que no haya prestado algún servicio atroz (incluso un sencillo palillo de dientes puede matar a alguien adecuadamente usado: en la cárcel, por ejemplo). La “dignidad del ser humano”, desgraciadamente, no es un dato empírico, sino una interpretación moral y política del hecho humano, y por tanto subsistirá tanto cuanto queramos y luchemos por que lo haga; en este sentido, no entiendo que la clonación sea ni más ni menos peligrosa para la vigencia jurídica de la dignidad humana que la energía atómica, por decir algo, simplemente es un desafío nuevo.

4. ¿Crees que la clonación terapéutica sería justa para el clon?

Una vez más, me parece que en el pasado y todavía hoy han habido y sigue habiendo motivos para tener hijos mucho más horripilantes que el mencionado, desde “dar un heredero a la corona” o a la firma o al apellido hasta querer aumentar el número de brazos útiles en el campo o en la guerra, por no hablar de la mera inercia o de los “accidentes”. Eso no es lo inquietante, pues. Lo inquietante es cómo la clonación supone un primer paso en la selección artificial sistemática de los vivos tal y como la soñó Huxley en Brave New World, o sea, seres -no sólo humanos- creados ex professo para servir a una función, y, por consiguiente, esclavos vivientes de un designio que les precede (como si dijéramos, normas encarnadas de una voluntad ajena incapacitadas físicamente para modificar su destino).

5. ¿Crees que a los clones se les trataría con desprecio por no ser el original?

Entre los seres humanos ya existen desde siempre clones, los gemelos lo son y el tipo que vive para imitar a Michael Jackson lo intenta. Resulta más bien un tanto ridículo más que odioso, pero no hay verdadera razón para el desprecio, puesto que el clon se diversifica de su original desde el embrión. Quiero decir que no hay ni puede haber jamás personas totalmente idénticas.


(Nota: Lo que no quita para que, como quién dice norma dice "valor", la posibilidad más factible a corto plazo será una aplicación a la estética antes que nada... Cientos de Brad(s) Pitt(s) deambulando por las calles de cualquier ciudad, una perspectiva aterradora... Y lo más divertido: cualquiera podrá concebir su clon del sexo opuesto, con solo alterar el cromosoma XX o XY sin tocar los genes.)

6. ¿Qué opinas sobre la clonación terapéutica y sobre la clonación reproductiva?


Creo que ya he respondido a eso en ambos casos. La clonación terapéutica se diría una bendición, y la reproductiva es ambivalente, pero sin duda representa una gran oportunidad en lo que a “resucitar” especies perdidas o en vías de extinción se refiere (y, de hecho, existen bancos creados para ello, aunque los ecologistas piensan que de nada vale conservar el patrón de una especie si no se preserva su entorno, y pienso que tienen razón, aparte de que pueda resultar una fácil excusa para su sobreexplotación: mato tranquilamente a la foca monje porque ya poseo su genoma…)

7. ¿Crees que en un futuro la clonación será aceptada?, si se aceptara… ¿Crees que la llevarían a cabo en todos los lugares o solo en lugares con dinero?

La clonación reproductiva resulta carísima hoy, y la terapéutica por ahí le andará, así que está claro.

8. ¿Qué impacto social crees que tendría?

Todo proceso social se ve afectado, en mi opinión, por la “paradoja de las consecuencias” tal como la formuló Weber, esto es: por muchas previsiones y cautelas que se tomen, los efectos de una decisión son siempre imprevisibles en su totalidad, y una pequeña parte de ellos puede cambiarlo todo.

9-. ¿Cuáles serían los problemas morales a partir de la práctica de la clonación para un católico?

¿Y para un musulmán? ¿Y para un budista? El reto es global. Específicamente un católico debería admitir que a Dios no le quedará otro remedio, pese a sus planes providenciales, que infundir un alma en el nuevo embrión provenga de donde provenga. ¿O en la Biblia hay algo escrito contra ello?

10-. ¿En qué medida podría afectar la práctica de la clonación como técnica de reproducción asistida a nuestro concepto tradicional de familia?

Vuelvo a preguntar yo… ¿Qué concepto tradicional de familia? El mundo sigue siendo grande y variado. Las culturas precolombinas se unían en familias de cuatro adultos. En fin, sólo veo un problema real para el derecho -la herencia, por ejemplo-, no para los llamados “valores”… (No obstante, ya habrá quienes lo conviertan en problema de valores por puro miedo).

11-. ¿Afectaran las investigaciones sobre la clonación a la evolución de la especie humana?

Tanto como lo haga, qué sé yo, la revolución informática. Si por “evolución” se entiende un concepto darwinista, no está en nuestras manos dirigir la selección natural, o no sería propiamente natural; y si por “evolución” se entiende desarrollo moral, la bioética o la zooética, como la denominan ahora, debe entender que únicamente argumentos de provecho general pueden poner puertas al campo.

12-. ¿Puede conseguir la clonación la inmortalidad? 

Naturalmente, eso es una chorrada de mala ciencia-ficción. Es como el villano de El sexto día de Schwarzenegger, que cada vez que le mataban transfería su memoria a un nuevo clon. Un cuerpo sin estrenar, por así decirlo, no recibe una información previa y se pone a funcionar como si tal cosa a la manera de una persona adulta. Es una visión cognitivista de la relación entre las funciones corporales del ser humano que gusta de plantear la mente como un ordenador a ver si así averiguan cómo convertir un ordenador en una mente. Lo que recuerda también a películas como Johny Mnemonic, o, más todavía, Matrix, donde se aprende karate sin haber movido jamás un músculo en un gimnasio, o alemán sin haberse comunicado jamás en ese idioma. No: para aprender hay que hacer. Otra cosa es que la mortalidad sea obligatoria, es decir, que se afirme que somos mortales por necesidad ya que morimos, que sería como decir que somos enfermos por necesidad ya que enfermamos. Ese anhelo -o pesadilla- de inmortalidad no es absurdo del todo, pero requiere otras tecnologías aún muy lejanas.  

5 comentarios:

  1. La idea central del texto me gusta. Mi opinión es que todo acto que pueda consumarse como hecho delictivo en potencia debe legalizarse, aplicando y generando unos dictámenes legislativos para el control de dicha actividad.
    Es decir, si legalizáramos la droga de manera que el Estado aplicara a los puntos de venta de dicha droga, una serie de restricciones de tal manera que todo el mundo tuviera acceso a ella pero solo unos cuantos puedieran permitírsela (si es que quieren), ya fuera por aranceles e impuestos, cuotas, precio... desviaríamos el mercado negro e ilegal a manos oficiales de forma que lo que antes fueran múltiples empresas encubiertas en su fabricación y distribución; fuera a parar a manos del estado para esa o otra explotación. Conseguiríamos que al parecer que la sustancia es legal y su tráfico también lo es, deberían abandonar capos y mafia la actividad por haber entrado en manos de monopolios o empresas interestatales.
    ¿Qué es lo que hemos hecho con el tabaco y el alcohol? Os recuerdo que la fase de delirium tremens que surge cuando el alcóholico empieza a sufir el "mono" de la droga es la más fuerte que la de la heroína o la cocaína (en datos científicos me baso).

    También es cierto que esta idea solo se podría llevar a cabo en una sociedad adulta, formada y educada. Pues algunos consumirían, epro otros muchos no, como consecuencia de la no ignorancia y la enseñanza.

    Aquí queda eso.

    Saludos

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  2. Esto es aplicable a otros tantos asuntos. Hay que añadir.

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  3. Sobre eso no se ha hablado aquí todavía. Ni se hablará socialmente en serio en mucho tiempo visto lo visto con el tabaco y las descargas de internet. Así que guarda tu propuesta en el cajón de los buenos deseos para mejor ocasión, que muchos la secundamos.

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  4. La vuelvo a guardar, entonces.

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