Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Lamentación profesional barroca, Jaime G.

Yo creo que ante esas dos damas Quevedo habría escrito un soneto parecido a este:

Pobre es el profe que de Aguirre fía,
Y pobre el que sus pautas obedece;
Pobre es el estipendio que se ofrece
... en pago de su pobre tutoría.

Pobre es el gusto, y pobre la alegría
Que el trato esperancil nos encarece;
Y yo dire que es pobre a quien parece
Que no miente al hablar doña Lucía.

Más llámenme a mí profe recortado
Si en el aula sin desdobles me quedare
Y en el IES moriré yo quemado


Cuando el alba corrigiendo me llegare.
Pues lideresas graves son costosas,
Y consejeras viles, afrentosas.

Desprecio de euro y alabanza de peseta

Euro, euro... suena a nombre tonto de personaje secundario de Flash Gordon. Nos lo colaron bien, y ahora pagamos mucho más por lo mismo, precios de marco alemán y salarios en pesetas. Todos nos hemos dado cuenta y, no obstante, hacemos por acostumbrarnos a la nueva unidad de latrocinio. Sugiero que no, que si un euro puede más que 166 pesetas, que esas 166 pesetas no lo olviden facilmente -sólo le pido a Dios, cantaba aquella. O sea, nos renta más seguir pensando en pesetas y traduciendolo todo a esa dorada moneda mentalmente, nosotros que aún tenemos el cerebro estructurado a la antigua (los adolescentes ya no tienen nada qué hacer, y los niños no digamos...) Peseta on my mind... Y así sabemos lo que nos tangan, consumimos menos, se contrae la economía y crisis para décadas, pero sin la venda de Bruselas en los ojos. Nostalgia de la peseta -constitucional, por supuesto- sufro, y de todo lo bueno que con ella se podía comprar...
Republicana peseta

King of the video-clip

http://www.rockdelux.com/audio-video/p/russian-red-i-hate-you-but-i-love-you.html

domingo, 25 de septiembre de 2011

La pequeña depresión

"Finalmente, cuando se abatieron sobre la sociedad las grandes calamidades, las actitudes rituales de la época no consintieron que se hiciese nada apropiado para remediarlas. Éste es, quizá, el rasgo más desconcertante de todos. En 1920, 1931 y 1932 había personas hambrientas. Otras se torturaban con el simple pensamiento de llegar a pasar hambre. También había quienes sufrían la agonía de la pendiente del deshonor y la pérdida de respetabilidad que acompañan al empobrecimiento de la renta. Y aún otros temían ser ellos los próximos. Todo el mundo sufría una desesperanza total. Según creían, no había nada qué hacer. Y dadas las ideas que controlaban la política, no hubo nada qué hacer."

John K. Galbraith, El crac del 29, Ariel.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Faster than light!

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/rapido/sombra/elpepisoc/20110924elpepisoc_2/Tes

¿Qué es un "pijo"?, II

Pero luego están los casos más curiosos, los del pijo que se disfraza de cordero, y que por mis estudios me ha sido dado ver. Tipos que, total, saben que tarde o temprano van a vivir de las rentas o del enchufe, y mientras porqué no dedicarse a pillar lo que se pueda de cultura venerable. Claro que luego no entienden nada, puesto que el objetivo único y principal es ligar, y ligar a ser posible una semejante pijo-pedante-morbosa, pero entre tanto se divierten alternando con la plebe enrrollada. Qué entrañables, ellos, qué bobainas. Cierto que tienen algo confuso el momento adecuado en que habrá que separarse de los compañeros pobres, y por eso a veces se perpetuan fantasmagóricamente más allá de su ocasional esplendor. Les dabamos cancha, y ellos a cambio pagaban la última. Por allí siguen, fingiendo que están a punto de hacer algo grande y al margen de papá, que nunca jamás cuajará lo más mínimo sin papá, naturalmente. Si es que papá es un cabrón, ya lo sabía -esta es la variante que introducen sobre el pijo conforme habitual, pero el propio papá vive tranquilo sabiendo que significa poca cosa... Chicos amables, chicos hospitalarios, tanto que si rompo, que más da, repongo. No sé ahora bien si les echo de menos... porque con veinte años todavía podían mimetizarse un poco, pero hoy, con cuarenta, seguro que hasta entienden mogollón de vinos o algo así. En fin, un bríndis por ellos y ya, que bastante tienen con lo que tienen.

viernes, 23 de septiembre de 2011

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Erecciones generales

No la pre-campaña ni la ante-precampaña, sino la mismísima Campaña para el próximo cambio de caras y títulos en informativos y prensa ya comenzó en toda regla hace tiempo, y aquí no vamos ahora a comentar el espectáculillo en qué consiste ni glosaremos después los cabalísticoides resultados. Todo ello es inesencial, zafio y reiterativo -poco pan y pésimo circo, que decían en Sol. Para eso, se me ocurre sugerir al personal emplear el tiempo haciendo acopio de películas guarras, puesto que cumplen mejor idéntica función, pero, ojo, están mucho más de moda. El elenco de actores es mostruoso, pero encuentran a sus partenaires tan predispuest@s como el candidato en los mitines. En ambos casos, también, el argumento es rastrero, la decoración, de celofán, la producción, a matacaballo, el final, indiferente. No obstante, la mayoría de los que esto lean (o leyeren) defenderían con indignación posmoderna las cintas porno antes que el consabido circo electoral, lo que demuestra su actual prevalencia entre los círculos intelectuales. Basta ya, pues, de las erróneas analogías con el fum-bo, buenas sólo para el vulgo. Unas buenas erecciones generales y a quedar bien con los amigos cultos allá por finales de noviembre.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Some kinda love...

          ...the possibilites are endless”
      The velvet Underground.


De todos los desafíos irresolubles que la vida contemporánea nos propone, la relación de pareja es a la vez el más inevitable y el más paradójico, tal vez después de la política, pero a un nivel de inmediatez mucho mayor. Paradójico porque mientras otros como la política parecen enfrentarnos a una compleja estructura sistemática e institucional cuyas dimensiones y centros neurálgicos se nos escapan, las relaciones sentimentales tienen lugar entre grupos mínimos de personas, siempre susceptibles de investigación prolongada y sobre el terreno. Inevitable porque, según tenemos aprendido, apenas hay medio alguno de llevar una vida que merezca ese nombre si de ella queda evacuado el sacrosanto Amor. Tantas cabezas intentando resolver una dificultad tan modesta y, sin embargo, siempre moviéndose entre el fracaso y la catástrofe…
En el camino, el bagaje personal de cadáveres nos disuade tarde o temprano de aspirar a remedios milagrosos. Tarde o temprano, el daño es tan grande que nos conformamos con conservar las fuerzas justas para una supervivencia cuanto menos digna.
Poco tiempo ha, en los años 60 y 70 del pasado siglo, la llamada revolución sexual dio expresión franca de las pulsiones que habían subyacido secularmente a la conflictividad del problema del amor: fue la llamada libertad sexual, la cual se materializó en infinidad de experiencias supuestas o reales bajo el nombre de “pareja abierta”, y que ofreció en última instancia un concepto que acabó aglutinando cualquier forma de relación siempre que estuviera basada en algo más que en el sexo: se trataba del poliamor.
Así, frente a la creciente sofisticación con que la monogamia abordaba su puesta al día, el poliamor ofrecía una solución, como poco, elegante: si consideramos los celos como un pasión triste, por decirlo con Spinoza, es decir, algo que nuestra ludidez debería eliminar paulatinamente, ningún sufrimiento de terceros (salvo si somos inmaduros, pero esa es nuestra responsabilidad…) impediría que ampliásemos nuestros horizontes sentimentales en la medida de las necesidades de cada uno. La infidelidad, máximo azote de la pareja monógama, origen de la mentira, los celos y la ruptura, se esfumaría arrastrando con ella a sus abyectos retoños. El poliamor sustituía la fidelidad como máximo valor de la pareja tradicional (sin fidelidad, aunque su ausencia sea consentida, no hay verdadero amor) situando en su lugar la sinceridad (si nada se oculta no hay lugar para la desconfianza ni verdadero obstáculo para el amor).
Comunidades y experimentos poliamorosos surgieron por todas partes, con la vocación de constituirse en prueba convincente y expansiva. Hoy, cuarenta años después, constatamos ya sin vacilación que algo no fue bien. La sociedad no sólo sigue siendo pertinazmente monógama sino que el término mismo ha alcanzado tan escasa difusión que ni siquiera se contempla como opción posible, dejando a los críticos de la monogamia huérfanos de modelo referente. 
Uno de esos críticos, Israel Sánchez, aborda en su blog www.contraelamor.com la reforma del poliamor mediante una revisión de sus pilares ideológicos, la cual resumiremos en cinco puntos:

-En primer lugar, el poliamor carece de un cuerpo ético consistente. Conformes con la negación de la, según esta ideología, fracasada monogamia, los teóricos se echan a dormir cayendo de inmediato en los vicios que la antecesora quiso evitar mediante su hoy criticado modelo. Así, el poliamor sería, en cierta medida, un paso atrás: sólo una suerte de no-monogamia liberadora de los monstruos que, pocos o muchos, ésta había logrado enjaular.

-La superación de los celos, conditio sine qua non para la apertura de la relación sin que ésta conlleve su deterioro, se fundamenta en la renuncia a la posesión. Pero se olvida con ello que la posesión es un medio de distribución que, si bien defectuoso, garantiza cierta estabilidad que, de otro modo, queda en el aire. El individuo poliamoroso se encuentra por tanto con la paradoja de que su generosa actitud de renuncia trae como frecuente y prosaica consecuencia la pérdida de lo poseído sin que esto sea remplazado por nada equivalente. De esta manera, los celos surgen de nuevo como reivindicación de lo que es, ya no injusto, sino absolutamente legítimo poseer.

-Mediante su énfasis en el amor, el poliamor conserva la significación del sexo como acto trascendente. Así, el origen mismo de la monogamia, esto es, el control de la paternidad mediante el control del acto sexual, sufre su enésima sublimación dejando intacto el poder represor que lo ha erigido en piedra angular de la vida sentimental a lo largo de milenios.

-La sinceridad como máximo valor moral somete a los miembros de la relación a una puritana vigilancia que constituye en sí un medio para la espontánea represión de otros contactos, toda vez que cualquier nuevo acercamiento es controlado no sólo por el beneficiado sino también por el perjudicado, que dispone desde el principio de medios materiales y emocionales para evitarlo. Se llega así a una supuesta estabilidad libre, en realidad a una ocultación de la derrota secreta ante el viejo archienemigo: los celos.

-Por último, la negación del fundamento moral de la monogamia no puede quedarse en la permisividad hacia las relaciones múltiples, sino que debe detectar el resto de orientaciones impuestas a nuestra vida sexual y, salvo argumento que las renueve, desmontarlas todas. De este modo, el poliamor, llevado a sus últimas consecuencias, debería abordar la tarea de una nueva pansexualización de la vida, pero no salvaje, como la originaria, sino civilizada y ética.

En el afán de superar estas dificultades, el amigo Israel dirige su ataque directamente contra el Amor, pero en sucesivas andanadas cargadas de ingenio, perspicacia y sugerencia, como requiere el formato de un blog monográfico. Dicho Amor con mayúsculas no es aquí entendido como un sentimiento arrebatador, ni una idea sublime, ni una relación en toda su compleja extensión: el Amor sería el sistema mismo, regenerado e idéntico tras cualquier cambio siempre que conserve su capacidad de contaminación mediante el chantaje emocional. Ése Amor que dice que sin él no hay felicidad y que no hay racionalidad posible que pueda juzgarlo (no es que no se puedan encontrar razones en contra del amor, sino que el amor no se digna a cruzar argumentos con ella). Mediante las razones de www.contraelamor.com, en fin, si éstas nos persuaden, el Amor queda identificado como el gran villano contra el que no nos hemos atrevido a concebir siquiera un motivo para el motín, pero que ahora, vuelta hacía él una mirada más escrutadora, empezaría a insinuarse tal vez como un dictador endiosado y paranoico.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Pamema de los idiomas y chantaje del inglés

Tanta tontuna con aprender lenguas... Sir Richard Francis Burton sabía ventitantas primero porque ya serían menos, y luego porque le iba el pellejo. Media vida tratando de dominar el propio idioma para que además tengamos que buscar sitio a otro. En una ocasión preguntaron a Umberto Eco cúal había sido, después de todo, la lengua de Europa. Eruditamente, respondió "la traducción". Voy a saber yo más que el traductor, si no he estado allí. Mi tarea es que me aproveche lo que aprendo, no revisar el trabajo de profesionales. ¿Porque malgastar mi valioso tiempo esforzándome con el inglés, si el británico o el americano o el australiano adelantan en lo suyo sin chanar ni palabra de castellano? Me diréis que con estas nunca hablaré en businessih, ni maldita la falta que me hace. O que no ayudaré a mis hijos a prosperar en la vida, puto chantaje. Pronto los colegios serán todos bilingües por dos motivos: uno, porque así lo quieren los endeudados EEUU; dos, porque así segregamos a los aplicados de la chusma. Estupendo panorama. Sobre todo para el que aprecia, por ejemplo, las dulzuras tristes del portugués. Pero lo más estupido de todo es la frase hecha: "aprender idiomas te enriquece interiormente, a la par que te comunica exteriormente..." Usemos las metáforas correctamente. Botín se ha enriquecido desmesuradamente sin acertar a decir "good morning" con credibilidad, y Chiquito de la Calzada se comunica mejor que nadie sin decir nada remotamente sensato. Personalmente, no tendría nada en contra de la implantación de una lengua universal, lo que ocurre es que su universalidad iba a durar cinco minutos. O sea, al contrario de lo que piensan -es un decir...- los nacionalistas: no se pierden las connotaciones de ninguna lengua por sustituirla por otra común, lo que pasa es más bien que la común pronto se diluye en connotaciones locales. En resumidas cuentas, que si hay que hacerlo se hace, pero hacerlo por presumir...

jueves, 15 de septiembre de 2011

Anarquía

Bienvenido, Mr. Nadie

Al por todos querido y merecidamente honrado poeta Antonio Machado siempre le intrigó grandemente el misterio de la persona como tal, como les ocurría a dos de sus maestros filosóficos reconocidos: Miguel de Unamuno y Henri Bergson. Quién más quién menos conoce como poco -aunque sea únicamente cantada por el inmenso Serrat- alguna celebre letrilla suya sobre la condición y el discurrir del destino individual, pero las páginas tal vez más curiosas y brillantes sobre este tan lírico como profundo asunto machadiano están en su colección de prosas aforísticas atribuidas al profesor apócrifo Juan de Mairena. Allí, en efecto, Machado propone un ejercicio a los irreales alumnos (y ensaya para ellos algunos ejemplos…) que por sí solo constituiría toda una tarea de la máxima dificultad para el filósofo aficionado: se trataría básicamente de intentar concebir primero en la imaginación y luego poner detalladamente por escrito las andanzas de un tal Sr. Nadie, supuesto que en efecto sería nadie -o “no sería nadie”, como lo expresamos pleonásticamente en castellano-, y, sin embargo, no por ello sería nada, puesto que el estudiante debe hacerle participe de ciertas situaciones en las que, como tal nadie, estuviese no obstante de alguna manera integrado dinámicamente. Jugando este juego de Machado, enseguida se ve que desde el momento en que probemos un “el Sr. Nadie aspiraba el perfume de un ramo de flores”, o un “…y entonces el Sr. Nadie saludó mientras paseaba” (o si se quiere más moderno, “cuando chatea el Sr. Nadie lo hace bajo pseudónimo”), ya lo tenemos súbitamente delante, independientemente de que carezca todavía de todo: edad, raza, sexo o condición. El Sr. Nadie, por tanto, no existe, de acuerdo, pero no porque sea una ficción o un contrasentido, sino porque pensar en él es lo mismo que convertirle en alguien, un “alguien” tan indefinido y borroso como, sin embargo, irremisiblemente vivo, dramático y finito en nuestra cabeza.

De manera que, extrayendo la conclusión que el propio Machado no quiso dar en ese momento, ningún hombre es capaz, de suyo, de manejar siquiera en abstracto la especulación de que su prójimo está compuesto de una miríada de Don Nadie(s), lo cual deja en muy mal lugar, ciertamente, a los que así pretenden hacerlo sea tácita o expresamente o por un motivo u otro, puesto que mienten conscientemente o bien se mienten a sí mismos interesadamente –los adverbios pueden perfectamente intercambiar su puesto sin menoscabo del sentido de la frase. Valiosa lección de metafísica poética, en mi opinión, que tampoco debe llevarnos a creer que somos mucho más que una poquita cosa…

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Neonomicon, Alan Moore-Jacen Burrows, Panini

Muchos han recogido y continuado las intuiciones enteramente deliberadas de Lovecraft pero nadie hasta Moore, que yo sepa, las ha culminado en un desenlace superior. Incluso el propio misántropo de Providence halla un lugar en esta historia que abarca su vetusta ficción desde un marco de realidad contemporánea. Las imágenes e ideas del cómic quedan impresas en la imaginación durante varios días, instilando esa inquietud y grandiosidad que los relatos originales raras veces consiguieron -además del necesario sexo... Más que another turn of the screw, a mi juicio, la deconstrucción definitiva.

martes, 13 de septiembre de 2011

En defensa de la equidad, Susana F., Público

A menudo se olvida que el mil veces citado Informe PISA sobre la educación en la OCDE arroja un dato sorprendente: el sistema educativo español es de los más equitativos, más que, por ejemplo, el bien parado finlandés. La característica de la equidad valora positivamente, entre otras cosas, que “el éxito educativo de los estudiantes sea esencialmente independiente del entorno social, económico y cultural de su familia y de su centro educativo”. ¿Qué significa esto? Que, gracias a la escuela pública, han podido ser médicos los hijos de padres sin estudios, ser jueces las lesbianas ateas o que los más pobres han tenido a los mejores profesores. Estos se han puesto en pie de guerra para defender la enseñanza pública. Fíense de ellos como lo hizo cuando le explicaban geometría: detrás de sus movilizaciones no están los intereses privados ni los laborales, sino la defensa de la equidad.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La masonería eran ellos

En su avaricioso afán de adueñarse una vez más de cada parcela de este país para sus familias, la derecha política y social no sólo echa mano de los movimientos de siempre, también crea la pedorrera Fa(b)es, los Legionarios de Cristo, Manos blancas, y ahora nos enteramos -yo- de la existencia de Comunión y Liberación -por supuesto, cuánto más sagrada la palabra, tanto más profanable. Tanta sociedades, si no secretas, sí exclusivas, hacen pensar que esos think tank del Mal llevan toda la vida siendo suyos, mientras que al otro lado no hemos tenido más que pequeños y ridículos partiduchos sin porvenir alguno. Franco disimuló con gran habilidad esta escalofriante realidad: la genérica masonería que acecha en las sombras, conspirando y conspirando como locos y eternamente a punto de triunfar, eran son y serán ellos mismos. Una torva y negra religión les da además ese halo de "minoría perseguida" tan apetecible para sus adeptos, pues es como si los lobos, al ser menos, fingiesen la virtud de su excepcionalidad antes de devorar con la conciencia tranquila a las ovejas, amen del inestimable complemento de sentirse providencialmente elegidos (para la escoria, naturalmente). España, en fin, es el nombre de esa nación tristemente histórica por tenazmente antiilustrada que si careciese de pagano y radiante sol al modo de una oscura Finlandia a sus súbditos ya no nos merecería la pena "practicarla" en absoluto...

martes, 6 de septiembre de 2011

Pintada enfrente de mi casa

Dice asina: "Siempre mañanar y nunca mañanamos..."

jueves, 1 de septiembre de 2011

La "enseñanza" privada: aviso para navegantes

Nunca tuve una granja en África, al contrario: trabajé un año y pico en un colegio privado. Voy a hacerles el favor de no escribir su ahora y siempre ignominioso nombre, ciudad turca de ilustre pasado filosófico casi por casualidad fonética. Iba enchufado, naturalmente, y muy bien enchufado, por lo visto (tuvieron que explicarme dentro hasta cuánto, lo cual no deje de utilizar discretamente). Ya el segundo día me dijeron cómo tenía que vestir e incluso lo inadecuado del monedero que portaba entonces. De esos trabajos sucios se encargaba el orientador, dickensiano lacayo. Pero, en realidad, todo era más o menos sucio, pues allí se acogían los vertidos que otros institutos privados habían tirado a la basura, como un cementerio nuclear de los residuos de las familias adineradas. El director, que cambiaba las palabras como un siniestro Chiquito de la calzada de la trama Gürtel, obtenía amplia variedad de beneficios de ello, no sólo pecuniarios. Era favor por favor, lo cual implicaba su presencia en las juntas de evaluación para "matizar" las notas. Y su presencia centinela, también, en lo alto del edificio principal para controlar como un panóptico lo que sucedía en las aulas. Éstas, por cierto, consitituían el colmo del despropósito. Como el colegio se había reciclado de dos edificios de viviendas pegados el uno al otro, las mesas eran grandes y redondas, y tenías a un alumno mirando a Cuenca, otro a Finisterre y la mayoría mirándose mutuamente, con varios dándote la espalda...

Tales adorables muchachos sabían de sobra que debían aprobar, porque para eso pagaban. Afortunadamente, en selectividad se estrellaban, pero ese contratiempo no impedía que pasasen a formar parte importante de la plantilla de papá. Algunos de los más pequeños extorsionaban a sus compañeros. Algunos de los grandes venían a clase por la mañana como una puta cuba. Pocos resultaban simpáticos, como mucho dignos de lástima. No se admitía tácitamente el derecho del profesor a tener libre el día de las oposiciones para tratar de mejorar en la profesión: te podían hacer la vida aún más imposible en adelante. Los "cuadros docentes", en suma, andaban acojonados y en vilo por cualquier cosa todo el tiempo, e incluso los más cercanos a dirección sólo sabían transformar su miedo en abuso hacia los disidentes. Todo ello conviviendo juntos incluso en la comida, gran ceremonia de la hipocresía impuesta. En fin, para cuando me largué habían introducido dos grandes innovaciones de cara a los padres: una, batas uniformadas para el personal docente, y otra, horario ampliado de ocho a ocho, algún sábado por la mañana incluido. Bien, no digo -porque no lo sé- que ese sea el modelo que les gusta a los dirigentes de esta nuestra Comunidad, sólo digo que ahí sigue, como una mancha de pudrición en el sistema educativo, amen de en el sistema laboral en su conjunto. La pregunta es quién podría permitirse abandonar hoy un estercolero tal...