Yo creo que ante esas dos damas Quevedo habría escrito un soneto parecido a este:
Pobre es el profe que de Aguirre fía,
Y pobre el que sus pautas obedece;
Pobre es el estipendio que se ofrece
... en pago de su pobre tutoría.
Pobre es el gusto, y pobre la alegría
Que el trato esperancil nos encarece;
Y yo dire que es pobre a quien parece
Que no miente al hablar doña Lucía.
Más llámenme a mí profe recortado
Si en el aula sin desdobles me quedare
Y en el IES moriré yo quemado
Cuando el alba corrigiendo me llegare.
Pues lideresas graves son costosas,
Y consejeras viles, afrentosas.
Pobre es el profe que de Aguirre fía,
Y pobre el que sus pautas obedece;
Pobre es el estipendio que se ofrece
... en pago de su pobre tutoría.
Pobre es el gusto, y pobre la alegría
Que el trato esperancil nos encarece;
Y yo dire que es pobre a quien parece
Que no miente al hablar doña Lucía.
Más llámenme a mí profe recortado
Si en el aula sin desdobles me quedare
Y en el IES moriré yo quemado
Cuando el alba corrigiendo me llegare.
Pues lideresas graves son costosas,
Y consejeras viles, afrentosas.
Pues fíjate tú que yo supongo que Quevedo habría usado el femenino del adjetivo que usó en el original del soneto. Aunque solo fuera para acordarse de las madres de EA, LF y AD.
ResponderEliminarBueno, es que Jaime es pudoroso... ¿Qué te ha caído en suerte, por cierto?
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