miércoles, 7 de septiembre de 2011
La masonería eran ellos
En su avaricioso afán de adueñarse una vez más de cada parcela de este país para sus familias, la derecha política y social no sólo echa mano de los movimientos de siempre, también crea la pedorrera Fa(b)es, los Legionarios de Cristo, Manos blancas, y ahora nos enteramos -yo- de la existencia de Comunión y Liberación -por supuesto, cuánto más sagrada la palabra, tanto más profanable. Tanta sociedades, si no secretas, sí exclusivas, hacen pensar que esos think tank del Mal llevan toda la vida siendo suyos, mientras que al otro lado no hemos tenido más que pequeños y ridículos partiduchos sin porvenir alguno. Franco disimuló con gran habilidad esta escalofriante realidad: la genérica masonería que acecha en las sombras, conspirando y conspirando como locos y eternamente a punto de triunfar, eran son y serán ellos mismos. Una torva y negra religión les da además ese halo de "minoría perseguida" tan apetecible para sus adeptos, pues es como si los lobos, al ser menos, fingiesen la virtud de su excepcionalidad antes de devorar con la conciencia tranquila a las ovejas, amen del inestimable complemento de sentirse providencialmente elegidos (para la escoria, naturalmente). España, en fin, es el nombre de esa nación tristemente histórica por tenazmente antiilustrada que si careciese de pagano y radiante sol al modo de una oscura Finlandia a sus súbditos ya no nos merecería la pena "practicarla" en absoluto...
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