lunes, 11 de julio de 2011
Thomas Bernhard: en la dirección opuesta
Desde España carecemos de la vecindad suficiente para determinar si es un tonto o un farsante. Empiezo ahora el tercero de los tomitos de su (falsa) autobiografía y antes sólo me había comido el de el sobrino del filósofo aquel. Creo que la clave de su éxito reside en que parece sincero hasta la locura, sin perder por ello jamás la dignidad. Es un maniático, es un tarado, pero se transparece que ama una cordura alciónica que apenas demuestra y los lectores nos lo tragamos. Nada en la literatura anterior parecía presagiarlo, salvo las ganas con las que los editores acogieron una transgresión así, tan aparentemente poco deliberada. En la dirección opuesta es una de las frases más repetidas de las muchas que vuelven e insisten en El sotano, quizá la que más representa un giro épico. Pero es una épica del tonto que sin embargo acierta y acertó en lo importante, lo cual deja a muchos en los inteligentes que no ven ni el contorno de la puta diana. No se aprende nada, no sirve de nada, es prosa libre, libre hasta del listón impuesto por los que han sido sus antecesores. Bukowsky, que no se cuenta entre ellos, es un simple guarrete a su lado. Debe tener muchos seguidores tantos años después, sobre todo en los países de lengua alemana. Me gusta morbosamente: si acaso seguiré informando... (pero sus poemas no me los leo ni de coña).
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http://isaiasgarde.myfil.es/get_file?path=/bernhard-thomas-el-origen.pdf
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