El antipático: Rita, sus descubrimientos artísticos (II)

lunes, 8 de febrero de 2010

Rita, sus descubrimientos artísticos (II)

Leí en una historia del rock (50 años de música rock, Philippe Paraire, ediciones del Prado), que los bardos de Liverpool tenían una influencia y un aire de música renacentista, ¡y resulta que es literal!

21 comentarios:

Anónimo8 de febrero de 2010, 20:03
Los Beatles!
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Jaime González8 de febrero de 2010, 21:00
Es cierto. Hay que fijarse en los arreglos de cuerdas de canciones como "yesterday" o "Eleanor Rigby" que están directamente relacionados con los cuartetos de cuerdas de Corelli.

Por otra parte las estructuras progresivas de canciones como Hey Jude beben directamente de las fugas de J.S. Bach.

Sin olvidar que la ruptura estética introducida por los Fab Four acaba con una época de oscurantismo en la música popular cuyo máximo exponente era el inmovilismo risueño de Maurice Chevalier y otros tantos chansoniers imitadores. La música popular renace y se hace masiva con Lennon y Macca. Después vendría el barroquismo del rock, pero eso ya es otra historia...
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El antipático8 de febrero de 2010, 23:45
¡Águila!
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Jaime González9 de febrero de 2010, 9:21
Los Eagles (los de Hotel California) ya eran un poco dinosaurios cuando aparecieron; ahora mismo están fosilizados.
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El antipático9 de febrero de 2010, 12:02
Lo decía por los dos: el que se ha dado cuenta de quienes eran, y el que los ha davincizado, si me explico -esto es como lo del feliz de Vitrubio pero al revés. Los Eagles son unos tristes, como diría idéntico (pero luego se declara sabinista, cosas...)
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Anónimo9 de febrero de 2010, 13:15
eagles: tristes
idéntico nunca se ha declarado sabinista, solo le gusta. empero el último dijco de sabina no es triste, es lamentable.
beatles: cansinos.

antipático: enemigo de los patos

idéntico.
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Miguel G.9 de febrero de 2010, 13:38
Para entender la relación de las personas con la música primeramente hay que observar el contexto generacional que les es propio. Por lo general, sobre todo hasta la primera juventud, no se tiene una perspectiva genealógica y es por eso que hay tantos adolescentes que disfrutan de grupos actuales que no son más que una copia de otros de épocas pasadas. Por eso hay tanto director de cine que piensa que este arte empezó con Tarantino. Los Eagles no eran vanguardia cuando aparecieron, pero conectaron con el gusto de la época y con el tiempo se convirtieron en clásicos. Había mucha calidad en la formación, y no hablo solo de Glenn Frey y Don Henley (hay veces que es mejor no saber nada de la vida personal de la gente que admiras artísticamente, fue una decepción saber que había hecho una donación al partido Republicano), me refiero también a Joe Wash o a la participación de Jackson Browne, por no hablar del contexto musical del que salían, lleno de grandes músicos y grupos. Sus intentos de reeditar sus éxitos han sido infructuosos porque la música que hacen hoy sí suena fosilizada, su creatividad se agotó.
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Miguel G.9 de febrero de 2010, 14:20
Los Beatles son un mito, su contribución musical es menor, las mismas canciones interpretadas por tipos poco carismáticos y sin conexión con la moda de su tiempo no habrían sido tan exitosas. Su importancia es más sociológica que musical. Lo cual no quiere decir que su música carezca de valor, tienen composiciones estimables.
Quizá haya que cambiar el enfoque individualista propio de los autores clásicos. La música de las últimas décadas se ha convertido en un arte colectivo. Interesa crear mitos para que el público se identifique con ellos, pero a menudo los verdaderos personajes están detrás. En efecto, sin la contribución de los arreglistas, productores, músicos de estudio, ingenieros de estudio y creadores de instrumentos la música sería muy diferente. Muchas estrellas del pop han llegado a los estudios de grabación con grandes carencias y solo la pericia de los profesionales al servicio de la industria han dado a esas obras una apariencia mucho mejor. En muchos casos el contacto con un arreglista, lo aprendido con él, es una clase impagable. El contexto está antes que el músico y el abanico de posibilidades es menor de lo que se cree. No hay más que comparar los discos de una época, a veces las mismas personas están detrás de casi todos estos discos. En una canción de Cole Porter arreglada por Nelson Riddle y cantada por Frank Sinatra la autoría debería estar repartida al 33 %. Sinatra es el dios, pero cuando alguien recrea un éxito suyo rara vez se atreve a tocar los arreglos de Riddle (no hablamos de ciertos ambientes del jazz donde la libertad creativa es muy alta)
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Anónimo9 de febrero de 2010, 15:45
¿Cómo se determina el valor de una pieza musical?, ¿por qué Ramoncín, Marta Sánchez y todos esos cobran derechos de autor?
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Anónimo9 de febrero de 2010, 15:54
muy de acuerdo con miguel G. pero mucho.

idéntico.
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Miguel G.9 de febrero de 2010, 16:00
Lo que se determina en el cobro de derechos de autor es el rendimiento comercial de una obra, no su valor artístico. Otra cosa es que la entidad que gestiona esos derechos esté en entredicho o el sistema de reparto sea injusto en opinión de muchos. Pero si se está en contra de que quienes más venden (y más se oyen) sean quienes más cobren, habrá que abandonar el capitalismo. Si lo que un músico cobra tiene que estar en consonancia con su valor artístico, entonces, ¿cómo se hace? ¿El estado concede premios? Ello conllevaría otro problema, el de establecer un jurado.
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Anónimo9 de febrero de 2010, 20:03
Genial; pues que se establezca. Y que se discuta quién compone ese jurado. No pasa nada por discutir...
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Anónimo10 de febrero de 2010, 9:13
"antipático: enemigo de los patos" ¡qué imaginación, anónimo!
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El antipático10 de febrero de 2010, 14:49
Imaginación sobre todo porque fue él quien me introdujo al pato pekines..

Miguel, ¿y si hay un jurado como se preserva la libertad de expresión? ¿qué jurado heteróclito aceptaría a La Polla Records (banda que aún gusta a los adolescentes hoy)? ¿y cómo se consigue es chollo de curro?
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Miguel G.10 de febrero de 2010, 15:23
Pues por eso digo que no es fácil encontrar una alternativa y el remedio puede ser peor que la enfermedad. Al fin y al cabo las ventas expresan el gusto popular. El refinamiento musical despreciaría a Camela, pero hay muchas personas que se identifican con esa música. En un sistema que premiase la excelencia serían músicos pobres pero admirados (y despreciados al mismo tiempo). El criterio que siguen algunos países es subvencionar las manifestaciones culturales que se defienden mal en el libre mercado, por eso, por ejemplo, se hacen Festivales de Jazz. Por cierto, en consonancia con el asunto, no estaría de más que añadieses el artículo sobre la cultura brasileña que te envié el otro día. En él se habla del cheque cultura, un vale que se da a los trabajadores para que compren productos culturales. Claro que nada es perfecto, se ha creado una polémica en torno a la idea de que el porno también debe ser incluido en el apartado cultura...
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Miguel G.10 de febrero de 2010, 15:27
Bueno, no hace falta mucha imaginación para suponer quienes componen los jurados, busca en premios tipo Príncipe de Asturias o el Nacional de Literatura.
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Miguel G.10 de febrero de 2010, 15:54
Retomemos el asunto. Si mis informaciones no son erróneas, la institución que gestiona los derechos de autor cobra a bares, hoteles, restaurantes, televisiones, radios, etc. por poner música de sus asociados. Y aplican el criterio de que debe ser directamente proporcional a sus ventas de discos. Es decir, según ellos, las ventas coinciden con el criterio programador de bares, restaurantes, aeropuertos,...Un amigo/a anónimo se queja de que un músico que en su opinión no tiene calidad cobre derechos de autor. Para solventar ese problema hay que crear otro criterio, el de los méritos, que alguien debe determinar. No sé cómo funciona exactamente, pero en una país como Cuba supongo que el músico gana un salario y puede que obtenga alguna prima. En los países nórdicos, pondrían impuestos altísimos a los que más ganan y redistribuirían la riqueza organizando muchas actividades culturales (¿tributaba ABBA en Suecia?). En el resto de los países ya sabemos cómo está la cosa. ¿Y en África? En Senegal, por poner un ejemplo, la venta legal es marginal, siempre se ha pirateado todo, así que debemos preguntar a Youssou N'Dour, pero a juzgar por su lujosa página web en la indigencia no debe de estar.
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El antipático10 de febrero de 2010, 17:14
¡Miguel, haznos un blog! ¡Y te hacemos de jurado!
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Anónimo11 de febrero de 2010, 16:06
Estoy de acuerdo con el antipático. Gracias, Miguel G, veo por dónde irían los tiros...
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Miguel G.11 de febrero de 2010, 19:16
Creo que tendré que crear mi propio blog, así podré decir que escribo en dos blogs, aunque en uno de ellos haya entrado como un mejillón cebra...Por cierto, ya que estaba con esto de los derechos de autor os recomiendo esta noticia de El País:
Vaya, no copia enlaces, bueno la noticia es: "Ni un euro por el himno". Habla de clubes deportivos a quienes la SGAE cobra por poner su propio himno en el pabellón. El Badalona C.F. ha renunciado a que suene en su estadio y el Balonmano Ciudad Real ha decidido poner música de grupos de la Mancha que les ceden los derechos. Peor les va a los del patinaje artístico, que no les queda otra que pagar o hacer el numerito sin música, o sea, como bailar sin música.
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Anónimo12 de febrero de 2010, 12:47
¡Bravo Miguel! También apoyo la propuesta: ¡Haznos un blog!
La Matraca.
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