Odio a Laura (JMJ, me toca la pelota)

Acentrizo en Sudeuropa, foro capitalino que dicen, y lo hallo infestado de siervos del Señor entregados a cánticos estúpidos y helados de pistacho. Ya lo decía aquel, no sé si el propio Chesterton: la prueba definitiva de la existencia de Dios está en la cantidad de mentecatos que visitan Su Casa y aún con todo la institución ha perdurado dos milenios como por intervención sobrenatural. Portan banderas de sus nacionalidades histórico-obsoletas, y es difícil colegir si es que éramos pocos y trajeron refuerzos mercenarios, o es que todos los colores mezclados se funden prismáticamente en un blanco de lienzo funerario. Es la contrarrevolución del 15-M, pero sólo en el voto, no en la propuesta. Serán jóvenes, pero se fingen párvulos. Han aceptado una respuesta simplona a una montaña de interrogantes difíciles y hacen fuerza bruta de ello. Conozco el paño (he sido boy-scout posfranquista): esa fuerza se succiona del grupo, de manera que si la mayoría dicta ver alas en un koala, cada individuo admite haberlas visto por separado -estudios psicológicos similares se han hecho en EEUU sobre la sugestión colectiva, deprimentes en grado sumo para las esperanzas emancipadoras de nuestra especie.

Se cuelan en la cola de los supermercados para adquirir agua embotellada, empujan píamente a sus tullidos como a una metálica caballería de Cristo, llevan a la espalda diminutas mochilas rojigüaldas, dan de comer al arribista pastor alemán, son todos más feos que pegar a un padre... No, no puede haber tolerancia para la monarquía de ancianos varones supuestamente castos con faldas que reina desde micro-Vaticano para todo el mundo/lerdo pontificando sobre sexualidad, sobre nada en absoluto interesante y por encima de todo sobre las "buenas costumbres": ellos han "tolerado" ya muy provechosamente para la jerarquía los fascismos, el machismo y las desmesuras del mercado, por sólo ceñirnos al siglo pasado. Se creen que esto es otro tontus tuus... nos cogen mayores, y más sabios. No obstante, España es un país católico, contra lo que soñaba Azaña, y así nos ha ido durante tanto tiempo, "reserva espiritual de  Occidente" -gran reserva... picada.

Les gusta sentirse unidos porque se ven aislados fuera de su parroquia; no follarán ni locos hasta la noche de su santo matrimonio; seguro que se ponen virtuosamente a parir entre sí por lo bajinis; han soltado a los ruínes curitas de voz meliflua a la calle; Rajoy cuenta con ellos, dado que son dóciles para las promesas absurdas y elitistas; son cretinos, son lelos, pero de ellos será el reino de los cielos... (que se ve hoy okupado por helicópteros custodios de la movida divina, por cierto, amen de por sienes de policias vigilando el rebaño, qué caudales malgastados, por el amor de Dios): total, torres más altas han caído, y en Babel no las hacían de acero, cemento y cristal.

En los ´80 "perdonaron" a Galileo Galilei el pecado de tener razón; todavía esperamos que sean igual de comprensivos con Giordano Bruno tras quemarle en 1600. Cuando lo hagan, asegurémosnos de que las teas estén en nuestras manos y las encendamos nosotros, en nombre del Bien Supremo, por supuesto -y no de quien no tenemos el gusto de conocer, como cantaba Serrat.