Está esa frase de Valéry -aguda como todas las suyas- que yo repito tanto para mí mismo:
la vida es interesante por los extremos pero se conserva por el medio.
¿Y si tratamos a invertirla, visto que el Gran Juego mundial nos está
arrinconando en una existencia de subsistencia perruna? La vida pasaría,
así, a ser interesante por lo que la conserva, y menesterosa de los
extremos. No otra cosa es, quizá, lo que hicieron civilizaciones
estáticas como la China o el Japón históricos, hasta que llegamos como una gran
lavadora a centrifugarles hacia un exterior que era ya nuestro
previamente. Ellos, con sus kimonos, sus cerezos, su caligrafía, sus
esterillas, su ceremonia del te, etc., centrados en sus artes domésticas
un instante antes de que les hiciésemos saltar por los aires. No hace
falta que dure milenios, ni que aceptemos en el interín una sumisión
acrítica, sólo que busquemos los placeres idiotas de una vida
reproductiva. Es reproductiva porque entiende que la cacareada Historia Universal ya no tiene nada más que ofrecer, y le duele menos vivir de la rentas que alimentar tontas esperanzas. Y es reproductiva porque relega la originalidad que ha sido
cultivada con fanatismo el último siglo y medio a una necesidad
meramente interna. Quiero decir que se puede ser ininterrumpidamente
original en la república independiente de tu cerebro, pero al servicio
exclusivo del entorno inmediato. Privatizemos también nosotros el
espectáculo globlal que parece divertir y lucrar tanto a los agentes económicos. Los extremos son lo falso, en el sentido en que Deleuze hablaba de "la potencia de lo falso", no como algo opuesto radicalmente a lo verdadero -¿qué será eso?-, sino como lo que intensifica mediante tradición o invención el disfrute de las repeticiones. Y de cara a la totalidad social, lo imprescindible para su
mantenimiento y ni un gesto más. De esta manera, se realizaría el sueño
posmoderno del hombre-archipiélago: unidos únicamente por lo que nos
separa, como el mar entre las islas...
Tales células domésticas no serían cerradas, ni unipersonales, ni se
definirían por
los conocidos patrones tradicionales. "¿Quieres ser de los míos, participar de
nuestras rutinas y esparcimientos?", o "¿Puedo sumarme a los tuyos en
este
punto, que me interesa un güevo para mejorar mi salud (por ejemplo)?"
-este tipo de preguntas, este tipo de gente... Costumbres y prácticas reproductibles,
imitables, válidas para los que viven, no para los que codician. Una
suerte de profundización del liberalismo clásico en lo concerniente a los derechos
individuales (nada que ver con el neoliberalismo actual) compatible, por
qué no, con un socialismo en el uso público de los medios de producción
(nada que ver, pues, con el sovietismo). La vida como una continuidad
biológica, la muerte como repuesto generacional, y la cultura como
economía -etimológicamente hablando: las normas que rigen en lo propio,
en la casa-, en vez de la vida como deseo ilimitado, la muerte como
frustración inevitable y la economía como cultura. El romántico Novalis incitaba, sin saberlo, a la locura capitalista con los siguientes términos...
Dar a lo corriente un sentido sublime, a lo cotidiano una apariencia
misteriosa, a lo conocido la dignidad de lo desconocido, a lo finito un
semblante infinito...
Démosle la vuelta también y imprimamos a lo sublime un sentido corriente, a lo misterioso una apariencia cotidiana, a lo desconocido la dignidad de lo conocido, a lo infinito un
semblante finito. Es una idea, o el principio de ella, o una patochada pedante, pero es que andamos algo desesperados de ideas...
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O eso o la vida heróicamente solitaria del cínico... |
Y yo que pensaba que lo que estamos es empachados de ideas... y que como en todos los empachos, habremos de vomitarlas todas... para poder volver a comer...
ResponderEliminarBórralo... es otra estupidez... creo que de las gordas.
¿La tuya o la mía (o ambas)? Lo de empezar de cero rompiendo a pedradas los relojes y cambiando los nombres de los meses es sencillamente una fantasía que oculta la voluntad de una determinada ideología de postularse absoluta, como sabemos por la historia. Si estamos empachados, de donde tanta hambre, si hay que vomitar, que sea el prejuicio de que toda idea ha funcionar igual para todos a nivel planetario. El "nivel planetario" es sólo un cruce de caminos...
ResponderEliminarYo antes que conformarme no podría evitar pegarme un tiro. Ahora que lo pienso, por qué no se pegan un tiro todos los conformistas/conservadores?!
ResponderEliminarProgresista te veo, sí, incluso estás a favor de la eutanasia (ajena)...
EliminarNo he entendido este artículo circunloquito. Sólo sé que no se nada porque me he perdido con tanta vuelta. De todas formas, prefiero los congelados a las conservas y el lunar de tu cara a la pinacoteca nacional.
ResponderEliminarY un buen polvo a un rapapolvo, supongo.
ResponderEliminarpues a mi me ha gustado la idea.
ResponderEliminar¿donde se compra? :-))
v´ssss
Me comprometo a explicar(me)la mejor, por eso he puesto primera parte. Se compra dejando de comprar otras ideas que parecen monopolizarlo todo, o eso creo...
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