sábado, 25 de diciembre de 2010
Fum, fum, fum...
Si un moderno diablo cojuelo a lo Assange en vez de destripar tejados hubiese instalado una webcam en cada hogar más o menos occidental ayer noche, qué pensarían los morlocks globales desde sus pantallas de locutorio destartalado ante el infinito espectáculo de fanales en la oscuridad encerrando manjares, olores y ropajes caros. Hoy, en cambio, quizá comprendiensen la ansiedad anterior por la resaca presente, la rutina previa por el cansancio actual, la intensidad de las chácharas nocturnas por los largos silencios de sobremesa. O todo eso ya lo sabrían por algún tipo de experiencia propia (según Lacán, cuanto más paupérrima, más gozosa), pero lo que no entenderían ni en pintura es el uso de la palabra "crisis". ¿Qué sería en ellos "crisis" diferente del hecho de haber nacido y tirar p´alante? ¿Y qué son los pesebres de figuritas, espumillón y papel de plata sino el recuerdo en el bienestar de la pobreza remota?
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