miércoles, 8 de diciembre de 2010
La locura del coleccionismo
Un buen coleccionista, loco hasta la médula, no es aquel que se compra los primeros fascículos de septiembre de “la mineralogía al alcance de la familia” y luego abandona, sino más bien ese cuya ambición es infinita, y de verdad se patearía el mundo, escalaría montañas y desdendería minas por hacerse con un ejemplar raro -no Indiana Jones, para el que el coleccionismo es un macguffin. Alguién que habría hecho de la caza y captura de minerales el objetivo de una vida que nunca tiene bastante, y al cual la muerte sorprende siempre con la colección sin terminar, como es natural. No se da cuenta, el coleccionista, de que lo único que hace es trasladar objetos de un lugar a otro, reuniendo lo que antes estaba espontáneamente disperso para tenerlo a su disposición y protegerlo como si de una gallina con sus polluelos se tratase. Pero en este caso los polluelos no se agotan jamás, y el más codiciado no puede ser sino el que aún no se posee. Ni siquiera aspira, el coleccionista, a hacerse con un muestrario de las mejores adquisiciones de una clase o género, lo quiere todo, y cuánto más escaso más preciado, aunque luzca en pésimas condiciones de uso (ese single de The Troggs que se agotó en 1980, desgastado, mellado y sucio: una verdadera joya). De hecho, la única excusa de Dios frente al mal y la demencia del mundo, la única teodicea posible, sería que hablasemos de Él como del coleccionista mayor del universo…
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Me parece una teodicea preciosa y no exenta de poesía, considerar a Dios como un gran coleccionista. En mi opinión, C.S. Lewis o G.K. Chesterton podrían haber escrito algo estupendo con ese punto de partida.
ResponderEliminarClaro que solo es un punto de partida neutro. Otro autor más pesimista, como Stanley Clarke, podría haber escrito un relato terrorífico partiendo del mismo inicio.
Yo, en todo caso, prefiero elegir el optimismo. Además ayer estuve en el cine viendo "Las crónicas de Narnia" (de C.S. Lewis) y me pareció preciosa, oye.
Pero ya te digo, cuestión de enfoques y gustos. Felicidades por tu texto. Estupendo.
Pero no publiques tanto, canalla, que no doy abasto para seguirte...
Ahora te pillo yo: Stanley Clarke es gran bajista, Arthur C. Clarke gay y pro-Sri Lanka.
ResponderEliminar¡Sí, pero entre los dos no llegan a la altura de los talones a Charles Mingus! El jazz me pierde... :D
ResponderEliminar¿Lo ves, querido? Cada uno de nosotros es un ejemplar único e irrepetible, una pieza de coleccionista. Cada vez que lo pienso, me alegra el día... :D
Si todo es irrepetible, nada es irrepetible, porque ya no tiene sentido emplear un término sin contrario, ¿o no? -jodía lógica.
ResponderEliminarDepende del significado y sentido del término. P. ej. la palabra "Invisible" no se define necesariamente como lo opuesto de "visible", sino como aquello que no tiene la potencia de ser visto. En un mundo donde todo fuese invisible (p.ej. un mundo de ciegos)este adjetivo no tendría un significado restrictivo (=adjetivo especificativo), sino un significado explicativo (=epíteto, incluso aunque su función sea un mero adorno estilístico.)
ResponderEliminarPor otra parte los seres pueden ser irrepetibles, y sin embargo las acciones y comportamientos ser repetibles, como de hecho sucede. Incluso aunque no tenga sentido aplicar el adjetivo irrepetible a los seres vivos en su función restrictiva, sí lo tendría en una función explicativa, señalando su diferencia con respecto a (p. ej.) las acciones y comportamientos, que no poseen aquella característica.
Toma ya. Convengo. Pero al concluir eso, refutas a Machado, que decía resultarle imposible concebir una "masa de individuos" -en Juan de Mairena, luego recogido por García Calvo.
ResponderEliminarEstoy buscando la cita de Machado, pero no la encuentro. Te agradeceré si me la enseñas. Lo único que he encontrado es "Por más que lo pruebo no veo la manera de sumar individuos."
ResponderEliminarNo me parece contradictorio con lo que dije antes. Apunté que puede existir un adjetivo ("irrepetible") sin que sea imprescindible la existencia de su adjetivo contrario aplicable al mismo sustantivo. ("ser vivo")
Pero Machado aquí habla de sustantivos, individuales y colectivos. El colectivo de oveja es rebaño, pero no Machado no reconoce que masa sea el colectivo de individuos humanos. Mil individuos juntos no forman una masa, al igual que mil granos de arroz no forman una paella ni un arrozal.
Incluso, según se interprete, para Machado mil ovejas no son un rebaño, sino mil ovejas individuales; cada una con su propia identidad y comportamiento.
Lo que vendría a ratificar la individualidad de cada ser vivo; que unida a su irrepetibilidad, lo convierte en preciada pieza de coleccionista...
Como puedes ver, la lengua resulta muy útil para la filosofía, o, en palabras de Machado:
"Hay hombres - decía Juan de MAIRENA - que van
de la poética a la filosofía, otros van de la filosofía a la poética... Lo inevitable es ir de lo uno a lo otro, en esto como en todo."
La cita es la que tu citas, valga la rebuznancia, que yo escribía de oído. Me parecía una refutación porque, efectivamente, poniéndose tan nominalistas como Machado no hay manera siquiera de referirse a individuos de qué, pero no es tu caso. La lengua es útil para la filosofía, dices: bueno, debe ser la única disciplina que empezó antes que ella...
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