El invierno no es la estación de los niños cuando aún no tienen edad para apropiarse de las navidades. Por un lado, es un alivio (todavía no son rehenes de los comercios), pero, por otro, es una lata (no tienen nada muy activo que hacer en casa). Se acabó bajar al parque, o a la calle o plaza o salir al balcón; sólo queda el sempiterno velón colgando como una corbata todo el santo día. Este de la foto es que no tiene ni padres que le suenen, que los han movilizado para controlar aviones o algo... (mejor: movilizaron a su madre, ejercito profesional, para que movilizara a su padre, controlador aéreo).
jueves, 9 de diciembre de 2010
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