En México, de gran tradición traductora y editora en filosofía, exterminan la asignatura mediante el burdo ardid de diluirla entre todas las demás, según me informa una amiga de aquí que proviene de allí. No me parece tan mala noticia. Se dirá que quieren "acabar con el pensamiento crítico" y todo eso, lo cual sin duda es terriblemente cierto, pero ya había sucedido antes. Es decir: la filosofía ya se producía antes en la clandestinidad, o en los márgenes, o
sub especie sectaria, y puede volver a hacerlo. De hecho, se producía bastante mejor, como se follaba más intensamente cuando fornicar tenía tan mala prensa y escaseaba el porno por internet. ¿Qué perdemos: que nadie de los que tampoco leían voluntariamente ahora no lo hagan pero imperativamente? ¿Que la facultad, que era fábrica de parados que habían probado las mieles, se hunda en el subsuelo? A cambio, lo que era tostón escolar se tornará otra vez fruto prohibido. Y fruto que se contrabandeará jugosamente en la red. Pues aleluya. A muchos mayores en sudeuropa la situación les resultará familiar, y tipos como yo nos convertiremos en dinosaurios sonrientes. Tampoco es que siempre la filosofía haya estado perseguida, pero sí era a menudo cosa de unos pocos consumida por una minoría incordiante. Esos pocos pueden ser ahora minoría, y esa minoría, legión. ¿Echaremos de menos a las
starlettes philosóphiques, escondidas en adelante tras sus máscaras de Guy Fawkes? Lo justo, para qué nos vamos a engañar -total, apenas quedan...-, y así terminamos de paso con el eslogan aquel de que
todos llevamos un filósofo dentro, lo cual será, porqué no, verdad -aunque verdad arcana-, pero tal como se exhibe hoy la frase consiste sólo en señuelo para vender libros. Los libros, los de siempre... ese es nuestro hogar: los libros, la charleta, y la polémica, por supuesto, se den o no en la academia o se autoricen o no para la instrucción pública. La república global de los sabios tendrá que esperar, al menos hasta el fin de los dichosos Mercados. En resumen, tampoco el pensamiento se crea ni se destruye, únicamente se transforma...
(¡Y que viiivaaa Méeeejico!)
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Sócrates, hijo de la gran chingada. |
En Brasil tampoco existe Filosofía como asignatura en la enseñanza media, ni siquiera diluida en las otras asignaturas. En un ambiente donde las religiones están omnipresentes, el pensamiento queda para un reducto universitario. Al menos queda la certeza de que quienes estudian Filosofía en la universidad lo hacen convencidos.
ResponderEliminaresto me ha gustado.
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