La muerte, Meneceo he de decirte,
no debe estremecerte ni angustiarte;
es vano por lo vano preocuparte:
¿acaso puede nada en algo herirte?
El cese del sentir, eso es morirte;
la sola sensación deja guiarte:
placer, dolor, del vivo forman parte;
¿qué puede, al no sentir, daño inflingirte?
La muerte en el vivir no halla cabida,
la vida, ante el morir, halla igual suerte.
"Morir desapegado de la vida,
vivir despreocupado de la muerte",
el sabio juzga ser justa medida
del arte de la vida y de la muerte.