Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

martes, 24 de enero de 2012

Sobre la entrada anterior

No entiendo bien el entusiasmo (aún minoritario, claro) por el previo artículo de Žižek. Al margen de acusar a muchos -no todos- pertinaces manifestantes de falsa conciencia, en absoluto se propone o se deja entrever un salida siquiera meramente teórica. En definitiva, lo que el famoso y agudo esloveno dice que es que la plusvalía hoy la obtiene quién domina la imagen y no solamente el trabajo, cosa que ya insinuaba yo aquí más toscamente en un viejo post sobre la cultura del trueque urbano. Dicho esto, lo único que se consigue es zarandear al marxista que sigue anclado en la hermeneútica económica del siglo XIX, ofreciéndole a cambio estamparse contra un duro y crudo nihilismo -puesto que nada fundamenta científicamente, o veritativamente, el valor adjudicado a determinada imagen frente a otras. O sea que, en mi opinión, Žižek desarma aquí a la izquierda al querer situarla en el presente, lo cual más que de agradecer, es simplemente necesario, pero dejando prácticamente intacto el proceder del neoliberalismo -a no ser que pensemos que un cambio en el lenguaje (v.gr., "burguesía asalariada") conllevará gradualmente alguna transformación en la realidad, lo cual es, ciertamente, mucho pensar...    

4 comentarios:

  1. No sé si tu concepto de imagen es el viene expresado por esta frase:
    "como managers que están calificados para ganar más gracias a su capacitación (es por ello que las 'evaluaciones' seudo-científicas son de importancia crucial: dan legitimidad a las disparidades salariales".

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  2. No esperaras que sea fácil. Entiendo por "imagen" una proyección de la voluntad de poder tal que se impone por fascinación y no por un razonamiento, de manera que lo que muestra -un signo nuevo- nada tiene que ver con una realidad preexistente -un referente. De manera que lo que tú señalas vale, porque la evaluación inventa esa capacitación que no existía mediante un aval al que siguen también unos modales, tipo de vestimenta, hábitos de consumo, etc. No obstante, tras la máscara sólo hay, ya digo, poder socialmente distribuido. La pregunta es en nombre de qué se combate eso, y Zizek no la responde aquí.

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  3. Bueno, el problema es que Žižek se dedica más a criticar el sistema que a proponer alternativas o inventar utopías. Pero él está claramente del lado de la izquierda: estuvo presente en la acampada de Wall Street, es un referente de Rebelion o Democracy now!, ha tomado partido por Chávez (aunque con reservas a causa de su retórica) y critica a las empresas que hacen donaciones para paliar la miseria porque permiten a los clientes lavar su conciencia.
    Para centrarnos en algo concreto, entiendo que su alternativa, o su visión de lo que debe ser la izquierda, se da parcialmente en Venezuela. Él es crítico con la retórica chavista y con su política exterior, pero destaca dos logros: la organización y la politización de los venezolanos pobres que viven en los suburbios y, en un ámbito más general, la organización política de la sociedad para evitar tener que dirigir el país a partir de un partido. Según Žižek, esa organización política de los miserables es lo que explica los sucesivos triunfos electorales de Chávez. Y contrapone el ejemplo de Brasil, las favelas están despolitizadas, hecho que corroboro. El esloveno también habla del sistema económico venezolano y predice grandes dificultades, "Chávez se va a estrellar con la realidad". Añado yo que no está siendo fácil. Ha estatalizado una serie de empresas y si bien, según mis noticias, algunas funcionan (la del café), otras tienen más dificultades por la incapacidad de los gestores, próximos a Chávez, pero ajenos al ideal socialista. Es el caso de una cadena de supermercados cuyo nombre no recuerdo ahora. En cualquier caso, al perfil socialista de la política chavista, hay que añadir otro nacionalista: la idea de que los extranjeros no saqueen el país es un preocupación para él. Por supuesto, no puede cerrarse al mundo, existen asociaciones con otras empresas para explotar recursos que necesitan de tecnología y capital, pero se pretende que el trato sea más justo de lo que es normal en el mundo. Está el ejemplo de Brasil. Sin negar sus logros ni la capacidad de sus gestores (que son los que están detrás de quienes aparecen en primer plano), las razones de sus buena prensa internacional es que está facilitando los negocios a las empresas extranjeras.
    Quiero citar otro ejemplo de la política económica de Venezuela. En asociación con una empresa iraní, se ha creado una fábrica de automóviles. Me tomé la molestia de informarme sobre los modelos que van a producir. Se trata de dos coches algo desfasados (unos 10 años, no es el desfase de los Watburg de la Alemania Oriental). Chávez dijo que eran mejores y más baratos que el Toyota Corolla. Una exageración, cosas de la retórica chavista. En una sociedad consumista como la venezolana no sé el éxito que pueden tener. Si bien, los modelos de las marcas europeas y americanas para los mercados emergentes normalmente no son de última generación.

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    1. Qué duda cabe. Tu comentario merecía una entrada. No cuestiono su perfíl político ni el de otros, sólo la filosofía. Y, desde luego, ni con Lacán o Marx llego yo a ninguna parte.

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