Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

jueves, 3 de junio de 2010

Mediodía

A las nueve y media de la mañana los aledaños de la calle Mayor y la calle misma, libre de coches, parecían Tombstone, ciudad fronteriza. En vez de remolinos de polvo pululaba algún que otro borracho extraviado. Nunca me entero de qué fiesta es la que toca hasta que ha llegado, digáseme si eso no es la laicización completa de la vida de uno. La señora del balcón de enfrente expurga las flores de sus macetas. Hace bien: lo tiene bonito, quién cuida de una cosa podría cuidar de otras, es alguién de fiar en último término. Habla la gente del calurón que se nos viene encima también hoy, creo que no es por entablar conversación, sino que aún no han terminado de aceptarlo. Nunca luce a gusto de todos. Los sin-techo de la plaza San Miguel, sin embargo, están tan ufanos haciendo top-less: es su verano del amor. Eso les envalentona, y como el calor, según dicen, produce agresividad, terminarán por llevarse dos hostias de algún turista fornido celoso del honor de su hembra -el desafío bravucón les une, pero el plante en respuesta les separa. Pero todos sabemos que a la postre no les convienen esos líos, o los dueños de las terrazas perderán la paciencia y la policia dejará de hacer la vista gorda para investirse de su papel mitológico de ángeles de espadas flamígeras a fin de expulsar a estos hijos ingratos de su Edén particular a ganarse el botellón con el sudor de su frente. No: hay un precio para la paz civil, morlocks y elois están destinados a convivir. Lo que Wells nunca imaginó es que los elois rompiesen el equilibrio por despiste o dejación permitiendo la proliferación de morlocks, cuya naturaleza es despojar ocasionalmente a los primeros, y no otra cosa es lo que lo que se está cociendo en el fuego frío de la crisis esta de los cojones.

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