El subtítulo es desafortunado y tendencioso -probablemente promoción editorial-: "el triunfo de la razón en tiempos irracionales". Hoy, el compatriota Sarko ha dejado en entredicho la racionalidad de su tiempo, mientras blandía la bandera universal de los jacobinos. Y en cuanto al triunfo de la razón, ya se encarga el autor de ponerle los límites críticos correspondientes. Con todo, vemos sortear las trampas del poder a la modesta grandeza de un Diderot, bajamos los humos de un infatuado Voltaire, nos compadecemos de los amigos de Rousseau, nos reímos de las salidas grotescas de D´Alambert o agradecemos los buenos oficios de Malesherbes, entre muchas otras sabrosas anécdotas de personas, lugares y cosas. Desgraciadamente, no puedo contar más. Sólo apuntar esta comparación impropia que se me viene ahora al magín: figuraos a los ingenios de La Codorniz con una profunda y seria formación científica, literaria y filosófica, y luego que en vez de una revista, echásen décadas en redactar un repaso de todos los conocimientos, técnicas y convenciones vigentes en tiempos de Franco.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
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