Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Estúpidas encuestas

No me refiero a las encuestas expresa y específicamente estúpidas -ya sabéis a lo que me refiero-, sino a todas las estúpidas encuestas que nos jibarizan todavía un poco más. Es indigno participar de cualquiera de ellas, a menos que sean bien remuneradas. En las universidades más accesibles y hueras preparan a los licenciados para espías: así, el psicólogo es un espía de nuestra intimidad, el sociologo un espía de nuestra publicidad y el antropólogo un espía de la intimidad y publicidad de otros (por no hablar del filósofo, que espía lo invisible en el curso de los tiempos, o del pedagogo, que espía especializadamente en pedófilo). Sentado esto, siempre se puede arguir que tales espionajes legales son necesarios en la sociedad de masas, e incluso buenos para tenerlas adecuadamente satisfechas. Resulta difícil discutir este punto, puesto que depende de una premisa práctica: que somos masa porque no hay otro remedio que formarnos como masa, pero quizá existan otras alternativas de organización de las (super)poblaciones. En cualquier caso, empresas enteras recaudan dinero con unas encuestas a las que no tenemos porqué responder, ni sincera ni insinceramente, y pobres pringaos malviven de atacarnos por la calle con sus consultas, raramente siendo capaces de explicitarnos con qué fines. Que se busquen un trabajo de verdad, hombre, o que la armen si es preciso.

1 comentario:

  1. En relación con las encuestas, dos experiencias mías recientes me dan que pensar. La primera ha sido con la editorial que edita los libros de idiomas con los que trabajo. Es un material maravilloso, pero había un problema con el software que usan y quería comunicarlo a la editorial. Mandé un primer mensaje del que no obtuve respuesta. Varias semanas después, insistí con un segundo mensaje y acabaron respondiendo. En el segundo caso, ha sido con la empresa de mi ordenador. Hoy he intentado sin éxito enviarles una sugerencia, en su página web no hay cómo hacerlo. Curioso, porque su modelo de venta es por internet (me bombardean de propaganda). En fin, estos casos me hacen pensar que las empresas desprecian un tipo de encuesta que les saldría gratis: ¡¡¡el cliente haciendo observaciones de modo desinteresado!!! Es muy fácil, solo tienen que poner un buzón de sugerencias. es que a veces ni dan una dirección de correo electrónico. En cierto modo es una encuesta, en muchos casos con una información mucho más importante de la que recogen a través de los encuestadores profesionales. Porque, a fin de cuentas, lo normal es que quien se molesta en enviar una sugerencia tenga un conocimiento bueno del producto. Eso me lleva a pensar en la diferencia que hay entre la teoría económica y la práctica. En los manuales de Economía hay mucha ideología metida.

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