"A partir de los sueños infantiles, Freud concluye que el sueño es el guardián del reposo, en el sentido de que instauran la realización de un deseo que excitó al sujeto en el estado de vigilia. Esa realización fantaseada y alucinatoria, permite al sujeto protegerle de la excitación y proseguir el descanso y reposo del dormir, al permitirle al menos una satisfacción "alucinada" de su deseo."
A buen entendedor...
miércoles, 14 de marzo de 2012
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