Proliferan como putos hongos. ¿Quién no querría ir por la vida de artista sensible, sin trabajar en nada, aun a costa de una cirrosis? (naturalmente, escritor no es un trabajo, lo cual hablaría muy mal de los escritores, pero también calumniaría a los trabajos de verdad que por ahí queden). De ellos sale uno -lo sé de segunda mano, conste- hecho un simbolista, un surrealista y, en general, un husmeador de vivencias recónditas y escandalosas. Por eso propongo aquí un curso rápido, fácil y gratis, con tres sencillas reglas que cualquiera puede memorizar como si del catecismo se tratara, verbigratia:
1) Lee, pero no sólo novelas.
2) Escribe acerca de un asunto que realmente te importe.
3) Caso de dar mal resultado, volver a las dos primeras reglas.
Ya está. Lo de las envidias y rencillas entre aspirantes a genio habrá de buscarse fuera de este seminario, corriendo de la cuenta del propio interesado -yo no puedo estar en todo...
lunes, 26 de marzo de 2012
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más simple aún:
ResponderEliminar-lee lee lee lee...
-escribe escribe escribe...
v´ssss
Me desvirtuas, amor.
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