Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

lunes, 28 de junio de 2010

Ernest Hemingway, Anthony Burgess, Salvat

Si uno es un poco gilipollas y se hace famoso, o el hacerse famoso te vuelve gilipollas, no hay problema. La notoriedad de Hemingway es universal y no va a sufrir menoscabo por las sutiles y británicas críticas de Burgess. Pero tampoco el fanfarrón de Ernst podría pedir que nadie se diera cuenta del mucho ruido y las pocas nueces de su leyenda personal. De hecho, si hubiera leído esta biografía, lo mismo le daba un abrazo al amigo Anthony y le invitaba a varias botellas que le retaba a una pelea a puñetazos suspendida la cual le llamaría cobarde. Y es que Burgess sí que lo pasó mal en la vida, no como el grandullón barbado de las corridas de otros. Después de leer esto, que da gusto y ameniza, cogí Islas en el golfo -hacía mucho que no leía nada del "amigo de España"- y, efectivamente, es obra de un patán jugando a Dios cuyo cuerpo debiera haber sido donado a una destilería. En los primeros capítulos, amen de muchos copazos para desayunar y alguna paliza arbitraria, hace aparecer a un niño que dice "malvado" de raíz. Nunca sabremos por qué, ya que le mata en un accidente poco después. En fin, que nadie niega el atractivo de posar de "vivir peligrosamente", y por ello nunca le faltarán a Hemingway una legión de admiradores -más de él que de sus obras. Sin embargo, lo dicho: no se engaña a todo el mundo todo el tiempo.

4 comentarios:

  1. La verdad es que tampoco comprendo por qué Hemingway está tan tremendamente sobrevalorado. Pero desde luego hay que echarle agallas para atreverse a decirlo en público. Avíseme si hay que pelearse contra los críticos de ER PAÍ, compadre, que aquí tiene usté uno que coincide.

    ¿Lo mejor de Hemingway? El letrero del restaurante El Cuchi: "Hemingway never ate here".

    ResponderEliminar
  2. Tuvo suerte, y convino a unos EEUU preparándose para la hegemonía el tener al literato de la melancolía de la fuerza. ¡Está al laico de mi casa ese restaurante! O, mejor, estaba, que lo han traspasado, macho.

    ResponderEliminar
  3. Nuevo letrero entonces: "Hemingway never ate here... and will never do".

    Para melancolía de la fuerza, la de Valle Inclán.

    ResponderEliminar
  4. Lo escribí mal: melancolía en la fuerza. ¿Leíste "Los botines blancos de piqué" de Pacumbral acerca de Valle?

    ResponderEliminar