Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

jueves, 23 de septiembre de 2010

El mito del darwinismo, II: el meollo

¿Fue este año o el pasado cuando se celebró el año Darwin? Importa poco, no pienso consultarlo ahora. Lo que importa es que biólogos y resto de empollones científicos lo que celebraron fue una testarudez ya centenaria. Concretamente, la de confundir ciencia pura, como lo llaman, con militancia política. Es decir: siempre están mezcladas, y gradualmente el peso de la segunda irá cargando más visiblemente la disolución con el paso del tiempo, pero es que este caso es clamoroso. Teorías de la evolución ha habido desde el siglo V a.C. que sepamos, de manera que es su interpretación como mecanismo de la "selección natural" por parte del jóven Darwin lo que hay que declarar científica y políticamente desfasado. Hablando ahora más de esto ùltimo, resulta evidente que la selección natural subsiste únicamente hoy en el ámbito académico por llevar la contraria al estamento eclesiástico. El darwinismo sería así la opción progresista de la biología, frente al elemento reaccionario representado por el creacionismo. Y parece que ya está, que no queda más que pensar, que o eres un científico ateo o un cura atrasado o te callas, tertium non datur. Sin embargo, examinemos el argumento de partida de tan festejada teoría: sólo sobreviven los más aptos, que son los que transmiten sus caracteres adaptativos a su descendencia, ¿y quienes son los más aptos?, pues los que de hecho sobreviven, en un típico círculo vicioso. O sea, que no tenemos definición de la "aptitud" ni de la "adaptabilidad", cuando por definición hay que entender una ley general que descifre el pasado y prediga el futuro, no una comprobación meramente empírica. Así, se dice que todas las especies que existen hoy es porque se adaptaron, hasta aquí llega la perogrullada de la selección natural, pero luego es incapaz de explicar nada más, no ya el qué ni el cuando, sino el cómo. Y es que no puede explicar nada más, esa es la cosa, ya que "adaptarse" o mostrar "aptitud" en un entorno es un factor dependiente del entorno mismo, en otras palabras: de algo forzosamente singular e irrepetible. Pues no hay un entorno denominador común de todos los entornos, y si lo hubiera -pongamos la gravedad, que no-, precisamente por ser general, no daría cuenta de las divergencias entre las especies, dado que no las produciría. De manera que, si todo depende del entorno en estricta ortodoxia mecanicista, habrá tantas explicaciones como entornos, y éstos se caracterizan justamente por ser diversos y cambiantes. Explicaciones diversas y cambiantes, por tanto, una para cada caso... ¿constituye esto una teoría? Hay que decir claramente que ni de coña. Pero, eso sí, sirve por lo menos como arma para atacar al clero, puesto que lo único que subyace y sobrevive en el darwinismo es la negación típicamente moderna del diseño inteligente o de los fines inmanentes, y fuera de eso no hay teoría alternativa alguna.
De hecho, sólo hay manera aparente de zafarse de estas dificultades, y es sustituyendo "los más aptos" por "los más fuertes", expresión que tampoco significa nada científicamente hablando, pero que ofrece una analogía con el mundo humano que seduce a nuestra cabezas con un fantasma de comprensión. Según eso, el entero reino vivo se comporta como las sociedades avanzadas actuales, y no al revés (Herbert Spencer, que lo promulgó al revés para disimular el truco, fue llevado no por casualidad prácticamente en hombros de una parte a otra de los EEUU). La naturaleza es calvinista, y de ahí esos edificantes programas de naturaleza que nos vienen de los países anglosajones en los que todos se devoran unos a otros con una crueldad y salvajismo propios de Wall Street. En fin, incluso el propio Darwin, que era un hombre meticuloso, trabajador y victoriano cuyo único defecto fue haberse tomado demasiado en serio a Malthus -por consiguiente, a un economista liberal-, prefirió mantenerse prudentemente alejado de estos fregados anticlericales y demás. Por algo será.

17 comentarios:

  1. Evolucionan las especies a través de la selección natural -no artificial- de unos individuos frente a otros de la misma especie que adaptándose, es decir, comportándose, han sido capaces de superar las dificultades adaptativas propias de su entorno llegando así a la edad núbil, y transmitiendo su genotipo a la progenie: se seleccionan naturalmente esos caracteres genotípicos que acumulan variaciones de generaciones anteriores de individuos que a su vez resultaron exitosos adaptativamente. Esas variaciones genotípicas o mutaciones constituyen el quid de la evolución de unas especies a otras. Y en esas están los biólogos de a pie.

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  2. Pues eso es lo malo, que los biólogos no peatones hace tiempo que están a otra cosa, pero para aportar pruebas -no narraciones, mitos- específicamete biológicas (las que dejo caer aquí yo son más bien lógicas y pragmáticas) en la siguiente y última entrada tocante al asunto se recomendará la mejor lectura posible que servidor conoce.

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  3. Pero antes pongamos un ejemplo sin dientes, garras o músculo: un pavo real. En estado natural, cuanto más vistoso sea su plumaje más atrae a las hembras y multiplica su posibilidades de reproducirse. A la vez, también aumenta su probabilidad de ser detectado por un depredador y servirle de almuerzo. El color del plumaje, entonces... es o no adaptativo? Si se me responde que eso depende de el entorno, pues cada pavo real se ve en una situación diferente, para la cual se aplica una regla diferente respecto de su fenotipo. El quid está en que reglas diferentes para cada pavo real no son ya leyes naturales, son... descripciones, narraciones (de modo semejante a como El Quijote depende de su entorno manchego, diferente de la tundra de Taras Bulba: hay que contarlo, no formular su ley común).

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  4. Lo que enseña Darwin es que esa pregunta no tiene sentido a priori, no podemos conocer exhaustivamente ni el medio ni el genotipo de un individuo, pero sí podemos afirmar que el color del plumaje de los pavos actuales ha resultado ser adaptativo: se seleccionaron los individuos portadores de ese gen -entre otros genes más- porque no les molestó en vida y les permitió transmitirlo a la descendencia. Si ese gen del plumaje hubiera sido un fastidio para la supervivencia,- tanto, tanto que las hembras huían de él-, pues los individuos con esos plumajes no habrían dejado huella evolutiva ninguna o mínima.

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  5. Insisto: primero me das un hecho -los pavos reales existen actualmente-, y después la explicación es a posteriori y no muy complicada que digamos -sus padres no murieron antes de tener descendencia. Pero con la terminología que usas, parece todo más científico... Donde está pues la teoría? O sea: donde algo más que la reversión de la creencia en la madre naturaleza (que de todo provee para la vida) por la de la fatalidad ciega (que actúa mediante matanzas incesantes)? Cuestión, creo yo, ideológica y no científica. La lucha por la vida! la supervivencia!... A Jack London le dió para escribir muchas páginas, y no sólo a él. Sin embargo, después de todo, hay pavos reales que da gusto verlos. Lo dejamos en madrastra naturaleza, que quita tanto como da?

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  6. (Quise decir: que unas veces quita, otras veces da, y a la vista de la Tierra en comparación con Marte, se ha enrrollado bastante con nosotros).

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  7. ¿Por qué dices "fatalidad ciega"?, ¿por qué "matanzas incesantes"? La selección natural no tiene nada que ver con eso... ¿Por qué pretendes que las teorías científicas tienen rasgos comunes, sin atender al campo desde el que se construyen o a la materia con la que trabajan?

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  8. Así, en abstracto, epistemología pura? Eso se lo dejo a los hegelianos de Oviedo (aún no entiendo lo que tienen de materialistas) que conoces mejor que yo. Y sí tiene que ver, porque si sobrevive la famosa jirafa de cuello largo, sólo es posible según nuestro mito porque han muerto a barullo sin reproducirse todas las que lo tenían más corto, y es fatalidad ciega, puesto que esta evolución no es progreso (palabras de Darwin), de manera que lo mismo podría haber ocurrido al revés, y haberse consumado la masacre entre las de cuello largo. Te dedico la primera entrada de hoy.

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  9. Te agradezco lo de la entrada...
    Conozco poco a los de Oviedo, mal que te pese, y la verdad es que me interesa tu crítica epistemológica, pero no la veo todavía. Por eso insisto: sobreviven los individuos, las especies se perpetúan, evolucionan o extinguen. No es que sobreviva la jirafa de cuello largo, es que las jirafas actuales –que entre otras cosas tienen cuello largo- proceden genotípicamente de aquéllos individuos –digo yo que serían muy parecidos a las jirafas, caballos, camellos yo qué sé- que pudieron reproducirse y transmitir su dotación genética en el pasado. No es que “murieran a barullo” estos antepasados, no es que se hayan producido “matanzas incesantes” en la naturaleza…, cada uno, cada individuo hizo lo que pudo durante su existencia, sospecho, pero unos se reprodujeron –seleccionaron-y otros no. Y las especies se perpetúan o evolucionan si hay reproducción intraespecífica; si no, se extinguen –porque no hay individuos-. El hecho de que la selección natural sea ciega y azarosa implica que a priori no podemos conocer qué caracteres –de un individuo, en realidad, de un conjunto de individuos-resultarán beneficiosos, -se seleccionarán- porque esos individuos, o “su naturaleza”, no se adaptan a su medio pensando cuál es la mejor forma de montárselo para perpetuarse como especie o incluso progresar, es decir, porque la “naturaleza no obra conforme a un plan”. La selección de individuos se hace naturalmente, no artificialmente como en los establos; es ciega, por lo que te acabo de contar del diseño; y es azarosa porque la selección de unos caracteres frente a otros depende del medio y las circunstancias en que se produjo esa “lucha por la vida” que es la adaptación. Si el medio –los medios- hubiera sido otro distinto del que ha sido –, las especies también serían y habrían sido otras. La teoría intenta enmarcar y definir este pasado biológico, no otro, que también podría ser interesante… para eso está la ciencia ficción y no la mierda de “Avatar”…Concluyendo, no entiendo la reversión de la que hablas si no es porque lo haces hegelianamente y, si es así, entonces tu crítica es extensible a todas las demás teorías científicas que se precien de serlo desde tu perspectiva, por lo que sigo sin entender por qué te ensañas especialmente con la biología.

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  10. Volvemos, pues, al punto de partida, ya que me explicas la ortodoxia, que se daba por sabida en mi entrada de origen. No sólo no me ensaño con la biología, sino que abogo por la actual, no por esa decimonónica que planteas, y para ello te emplazo a la tercera entrega, que aún me llevará unos días cascar aquí.

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  11. Como si la biología actual prescindiera de la decimonónica...

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  12. Bueno, la decimonónica incluye también a Lamarck...

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  13. No, Lamarck precisamente no está incluido...

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  14. Exactamente, si se puede hablar como lo haces... Sin embargo, tampoco se trata de despreciar sus aportaciones en el ámbito del naturalismo de la época...

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  15. Idém para Darwin, gran tipo también, que cuando hurgaba con las orquídeas y demás en sus últimos años se iba volviendo lamarckista (gradualmente, claro, como pide la selección)

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  16. No,no es lo mismo la evolución que plantea Lamarck que la que plantean Darwin y Wallace. Ya sé que lo sabes, por eso no entiendo la identificación. Por otro lado, cómo no volverse lamarckista si no puedes dar razón -con las leyes de genética que siete años antes ha elaborado Mendel- del origen de las variaciones..., teniendo a la vista las otras alternativas...

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