Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

sábado, 6 de marzo de 2010

Unicef para niños ricos

Lo digo muy en serio: uno ve a los Borja Thyssen, Paquirrín, Cayetano Alba y tanto otros más afortunadamente -para ellos- anónimos y entiende que no hay derecho. Imaginároslos cuando tenían dos tiernos años y pensaban que sus padres eran dios porque desconocían que la trinidad la cerraba la cuenta corriente. Serían diamantes en bruto, animados, vivaces y con los ojos bien abiertos. Ahora los tienen a media asta por empacho de ocio estéril y experimentos festivos. Algunos tienen a su vez hijos para cerrar un largo capítulo vergonzoso de sus vidas sin conseguir otra cosa que reproducir el ciclo. No por lo que son, sino por lo que fueron, necesitaron protección más allá de la económica de su inepta parentela. La vida no tiene ni deja de tener valor, lo adquiere o lo pierde. Si los grupúsculos pro-vida no estuvieran a otras cosas de partido, comprenderían esto y utilizarían el rincón de buena conciencia que pueda haberles empujado en origen al cuidado de los pobres niños ricos, que son más de su estilo. Pero, por si acaso, cuando una top-model se decida a tener un hijo con un director de cine vanguardista, Unicef de urgencias, vigilancia 24 hrs.

2 comentarios:

  1. La vida tiene el valor de lo que cada uno haga con ella, pero también tiene el valor de la potencia y de la dignidad humana.

    Cada niño al nacer es un Miguel Angel en potencia, o un don nadie en potencia, o un Pol Pot o un Stalin en potencia. Depende de lo que sus padres y sociedad le brinden.

    Pakirrín Rivera es lo que ha llegado a ser a pulso por sus propias elecciones y la educación de su madre. Hay que tomarlo como ejemplo negativo y escarmiento, en la medida de lo posible, para educadores y educandos.

    Lo malo es que el ejemplo negativo suele corromper más que ilustrar. El programa "Generación Ni-Ni" puede deformar el gusto y las entendederas de quienes lo sigan, y corremos el riesgo de que los jóvenes menores emulen las hazañas de estos descarriados.

    ¿Y qué hacemos mientras tanto con Paquirrín et al? No es cuestión de meterlos en una cárcel cubana ni en una madrasa, pobrecitos. Hay que aprender a amarlos y aceptarlos de la misma manera que lo hacemos con los niños que tienen algún tipo de deficiencia. Todos tenemos algo que aprender. Nosotros y ellos.

    .................

    Es como el chiste que dice:

    Van a visitar al niño recién nacido y le dicen entre los consabidos arrullos y carantoñas:
    - ¡Qué niño tan guapo y tan mono! ¿Cómo le vas a poner?
    - Adolfo. Adolfo Hitler.
    ...................................

    Padres, hijos, tomad ejemplo...

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  2. También la dignidad, me temo, es una potencia nada más. Existe en cuanto una determinada sociedad ha decidido reconocerla legalmente por motivos muy concretos: en la nuestra fue por cohonestar el derecho de propiedad de la naciente burguesía. Y apareció al mismo tiempo en que fue necesario negársela al resto del planeta para saquearlo. "Reconocer al otro como un fin en sí mismo" fue la definición más noble, de Kant, que menospreciaba mujeres y miembros de otras razas.

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