Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

miércoles, 28 de abril de 2010

El pañuelo de la discordia

Una polémica ya vieja que de Francia la importamos aquí. Personalmente me importa un bledo que la chica lleve un hueso humano en el moño si le apetece, porque se subestima el poder de seducción del nuestra cultura. El capitalismo estimula los apetitos aunque raras veces los satisfaga, pero temo que estamos hechos de tal manera que preferimos hasta tal punto una oportunidad entre mil de ser afortunados que nos importa poco la abrumadora posibilidad estadística de terminar entre los finalistas, en el mejor de los casos. Somos seres apostadores, como demostraron los del Berlín Este que votaron bloque occidental con los pies porque al otro lado había escaparates de concesionarios de coches. Luego la mayoría no tendrá ninguno de esos coches, natürlich, pero siguen teniendo los escaparates. Asímismo, la niña en cuestión seguirá con el hiyab puesto toda la vida si se lo prohibimos, y en cambio se lo quitará ella solita en tres meses si pasamos de él. ¡Va ella, por mucha tradición y familia que tenga, a resistirse en solitario a las tentaciones de la moda, de la uniformidad juvenil y de ofertarse al otro sexo como carne fresca! ¿Para qué enciscarla en un orgullo de autodefensa que de nada la va a servir? Ganas de no ser prácticos es lo que hay...

7 comentarios:

  1. Lo difícil del caso es que no se trata de un aditivo estético, como podría ser por ejemplo una cresta punki de color magenta, sino que es un símbolo ideológico francamente agresivo. A mí puede parecerme divertido que un escolar vaya vestido de punki, pero no que lleve un uniforme de la Hitlerjugend (Juventud hitleriana).

    El pañuelo equivale a evidenciar que la portadora asume un sistema de valores que anula todo lo que intentamos enseñar en la escuela pública occidental: la igualdad entre los sexos, la autonomía de las personas, la libertad de pensamiento sin supeditarse a lo que diga el padre o los líderes religiosos. El Islam es sumisión total a la verdad de Mahoma y lucha violenta contra quienes no la comparten.

    No es que la niña tenga libertad para elegir ser esclava; es que debemos oponernos a que se acepte como normal subvertir los valores occidentales clásicos del humanismo, la cristiandad (se acepte o no) y la racionalidad, para propagar la superstición, la ignorancia, la sumisión, el odio y la violencia.

    Vaya, eso creo yo. Pero también había quien no le parecía mal que en los años 20-30 en Alemania hubiese jóvenes atléticos nacionalistas que proclamaban el orgullo ario, cubiertos bajo el paraguas de un régimen democrático...

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  2. Entonces lo conviertes en una cuestión de principios, asumiendo de antemano un maniqueismo previsible entre los nuestros y los suyos que resulta más que dudoso, pero que en todo caso impide enfocar el problema más acá de las discusiones abstractas acerca del "choque de las civilizaciones". ¿Chocan en esa niña?

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  3. Hoy en EL PAÍS aparece una información sobre la prohibición de llevar el burka en Francia, hecho castigado con una multa de 150€. En mi opinión, los dos argumentos expuestos anteriormente son razonables. Recuerdo que hace algún tiempo solía ver pasear por el barrio donde vivía una mujer con burka acompañada de un hombre. La escena me producía una indignación terrible: esa vestimenta es humillante para la mujer, la niega como persona, la convierte en una esclava de la voluntad masculina más enfermiza.

    http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Llevar/burka/Francia/multara/150/euros/elpepusoc/20100430elpepusoc_4/Tes

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  4. ¿Qué duda cabe? La pregunta no es esa, sino si nuestro rechazo va a encastillarles en su "tradición" (decía Borges, en un momento afortunado, que si acaso una tradición no es más que una transmisión de malos humores...) o no. Yo creo que sí, y que es mejor estrategia dejar que nuestro ejemplo cale en la mujer que obligarla a salvarse a sí misma.

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  5. Respeto tu opinión, pero veo difícil que abandonen su comportamiento sectario porque se fijen en nuestro ejemplo.

    Véase que en Francia fue hace 15 años cuando se empezó a plantear este problema y es ahora cuando tienen que multar el uso de los burkas porque los islamistas no se han ablandado sino que se han endurecido. Las usuarias de los burkas en Francia no se han sentido inspiradas por el ejemplo de las mujeres francesas.

    Y eso que es la patria de la Vogue y Chanel y las Galerías Lafayette...

    Siempre cabe la posibilidad de que se sientan seducidas por los trapitos de Agatha Ruiz de la Prada.

    ¿El capitalismo seduce? Sí, pero uno tiene que dejarse... Unos se dejan seducir por la literatura y otros por la televisión basura.

    Necesitamos que Ernest Lubitsch se levante de su tumba para dirigir una nueva versión de Ninotchka donde una espléndida Greta Garbo islámica se convierta al occidentalismo.

    En la banda sonora, Siniestro Total: "Solo vine a comprar pan y me enseñasteis el Corán. En el desierto me verás
    bailando el cha-cha-chá
    soy un enemigo de Alá
    no me gusta la rumba ni el jazz.

    Ayatola, no me toques la pirola, Ayatola, no me toques la pirola más..."

    Mientras tanto, que hagan el favor de dejarse el velo en casa para ir a clase. Si les frustra como si no. ¿Es una cuestión de principios? Por supuesto. Y eso no significa que sea maniqueísmo, sino que nuestra sociedad debe tender a defender los principios de libertad, igualdad y humanismo, frente a otros principios (los del Islam) que pueden perjudicarlos.

    Si la niña se acostumbra a estar seis horas al día sin pañuelo y ve que Mahoma no le tira un rayo ni su padre le pega dos tortas, ni el iman le echa una fatua, entonces ya tiene más fácil irse planteando seguir el camino de Ninotchka "full time". Creo que sería una ayudita...

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  6. Vengo de tierras musulmanas y, por suerte, allí a las extranjeras nos dejan ir como nos da la gana, a pesar de que a ellas no se les ve ni una pizquita de piel. Estoy segura de que nuestra presencia sin velos ni tapadillos les viene muy bien a las mujeres de alli. Pero me parece importante que la gente pueda convivir, tanto allí como aquí, tal y cómo es y como acostumbra, y confío en que de esta convivencia saldrán las transformaciones, mucho más que de imposiciones. Realmente todas las transformaciones de nuestra sociedad han sido así. Las mujeres que debían llegar vírgenes al matrimonio dejaron de hacerlo sin que se les impusiera, por simple contagio, y como esa tantas y tantas otras cosas. Las transformaciones religiosas y morales deben ser adquiridas poco a poco, no desde la ley, creo yo.

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