En efecto, a un Nietzsche ya medio demenciado por la sífilis y la filosofía a parte iguales, le dio por gustar de la música mediterránea, encontrando en ella la vitalidad solar y el desenfado picantón que, según su dolido punto de vista, faltaba a la alemana. Así, tanto la Carmen de Bizet como la zarzuela ibérica le parecieron expresivas de una forma de vivir propia del "mal salvaje" -fórmula para la que pido desde aquí el copyleft-, o sea, los instintos oreados a la fresca y la rectitud moral para los curas, actitud sin actitud para la que la muerte existe otro día y que encontró cristalizada en el siguiente trío:
http://www.youtube.com/watch?v=sK7BnIasvNw
No se me ocurre nada mejor que añadir hoy -mañana sí- sobre el aniversario de la famosa arteria madrileña, conque les ondulen a los contables del tiempo y sus interminables marcos memorables.
No se me ocurre nada mejor que añadir hoy -mañana sí- sobre el aniversario de la famosa arteria madrileña, conque les ondulen a los contables del tiempo y sus interminables marcos memorables.
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