Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

miércoles, 14 de abril de 2010

¡Tanto rollo con "La naranja mecánica", hombre!

La hipótesis de partida es que La naranja mecánica no es una película de ultraviolencia ni física ni moral, por mucho que esa fuese la recepción que se le dio en su estreno incluso por el propio Kubrick. Dentro de su propia filmografía, más violentas resultan "Senderos de gloria", antes (la guerra más cruel, rematada por fusilamientos injustos), o "El resplandor", despúes (nada menos que un padre tratando de "talar" con un hacha a su familia), por no hablar de la fila interminable de crucificados de "Espartaco". No, esto es una trivialidad o un tópico infundado, piedra de escándalo para la taquilla. En La Naranja… nadie sale seriamente perjudicado, salvo un aburrido matrimonio sin rostro, y la insanía del protagonista no es más que una demostración del poder indiferenciado del adolescente. Ahí quería llegar: lo mismo le da al prota sacudir a un mendigo por indefenso y fracasado que camelarse a dos tías sólo con pedirlo y sin despeinarse, todo ello no son más que afirmaciones de lo único que un adolescente tiene, que es fuerza sin dirección y necesidad de reconocimiento. Porque cuando ingresa en esa especie de reformatorio, no muestra ninguna rebeldia antisistema, al contrario: destaca por ser el más integrado y colaborador, aunque apenas nadie se crea que lo hace con sinceridad. Y es que no es sincero en nada, sólo pone a prueba su aptitud en un caso u otro, lo mismo para ser jefe de la banda que para apuntarse el primero a la terapia -a la que no hay que olvidar que se presenta voluntario. De modo que toda la película tiene esa peculiar estética que yo encuentro típica del soñar despierto de un adolescente, y ese es el verdadero tema de la película –y la mayor prueba es que les guste siempre tanto. A todo joven le gustaría ser el jefe, llevar doble vida nocturna, burlar las normas de los adultos e incluso imponerse finalmente cuando estos tratan de cambiarlo -él está por encima de sus truquitos psicológicos conductistas, porque no tiene propiamente psicología, sólo impulso. Por eso digo que no es más que estética, porque no hay ningun elemento crítico o ético en el film. De hecho, la novela terminaba de muy diferente manera, y Kubrick suprimió el capítulo 20 donde sí que había una clara intención de mensaje por parte de Burguess. Pero es que es estética incluso en el plano más superficial, es decir, visual: el bar de las anfetas, el argot pseudoruso, el uniforme de la banda, la cárcel tan esquemática, la escultura fálica, las galerías donde liga, Beethoven... Nada real, todo como le gustaría a un adolescente que fuera su mundo, es decir, la película es la representación del deseo (simplista pero asertivo) de un diecisieteañero acomodado de los años sesenta. Ejemplo típico que recuerdo: cuando el chaval vuelve a casa reformado, habla con sus padres en una habitación de decoración imposible: pinchos metálicos por toda la pared en vez de papel pintado. ¿Pondrían esto en su casa unos padres tranquilos y convencionales? No, es lo que el prota le gustaría ver, puesto que a él no le pone nervioso, porque ya está nervioso siempre. La naranja... es el mundo imaginado por un chico impetuoso perteneciente a una sociedad rica pero sin más normas que la seguridad y el confort. Como esto no es gran cosa ni por asomo satisfactorio si uno tiene energías para algo mejor, no es extraño que pegue algunas hostias para desfogarse, pero ahí se queda todo su inconformismo -la política ni la huele. Y esto sí que es una buena crítica por parte de la película: que el prota está neutralizado, desactivado desde el principio, no puede ni podrá hacer verdaderamente nada ni nada ha hecho. He dicho.

10 comentarios:

  1. Para cuándo un análisis agudo de Eyes Wide Shut?

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  2. Eso para quién aguante a los ambos Cruise y Kidman.

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  3. precisamente...está a huevo

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  4. Cierto, pero es que además tienes que ser americano para encontrarle morbillo.

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  5. Por cierto la Kidman es australiana y a pesar (o precisamente por eso)de llevar unas cuantas visitas a los quirófanos ya tiene cierto morboooooooo
    Busquemos la esencia amo Luke

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  6. Es una princesa de hielo, eso es lo que es.

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  7. Nada que una buena espada laser no pueda desenredar

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  8. Sí, sobre todo si sale carísima en la tienda jedi.

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