Ahora que ese piriodico va a relanzar los tomitos monográficos de los "grandes pensadores de la historia universal" o algo así, es el momento de sacar aquí los trapos sucios que en esa reedición no nos van a contar ni con la asistencia de Mariñas-Karmele. Empezamos con un artículo calumnioso en el que se demuestra que el arte de la difamación no consiste en inventarlo todo, sino en sesgar convenientemente la verdad al servicio de la mala fe. Lo más cachondo, en todo caso, es que se deja importantes pecadillos en el tintero, y ya puestos podría haber aprovechado... Hélo aqui:
http://historia.libertaddigital.com/el-marx-del-que-nadie-habla-1276237729.html
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El texto revela la naturaleza del destinatario: para qué hacer una crítica de las ideas si a fin de cuentas el mensaje cargado de morbo va a llegar mejor. Por cierto, al autor le recomendaría algunas lecturas de John Kenneth Galbraith para que supiese cómo eran las oligarquías financiera y política de las primeras décadas del SXX (se supone que en el SXIX todavía fue peor). Y esta gente no se dedicaba a escribir inofensivos manifiestos y teorías, sino que era responsable de vergonzosos episodios como el de Verdún.
ResponderEliminara mi eso de que siempre ha habido prestamistas porque siempre ha habido manirrotos me ha llegao. el texto también revela la naturaleza de quien lo escribe, claro.
ResponderEliminaridéntico
Es lo que quería decir Miguel, que últimamente está hecho una ametralladora de lapsus el hombre. Pero el texto es divertido a pesar de todo, inclusive el autor.
ResponderEliminarUn poco guarro si que debía ser el chorbo, no me fastidiéis. Y como padre de familia, un desalmado: Mira que acabar con los chiquillos llorando en la rue. :(
ResponderEliminar¿Qué mas pecadillos tenía el tío Karl? Yo había oído que había dejado embarazada a la criada, y además tenía una amante a la que le puso un pisito. :D Y aún decía que los burgueses experimentaban placer en ponerse los cuernos mutuamente...
En todo caso, me parece interesantísimo el mecanismo de lo que Fritz Perls llamó proyección: Los defectos que fustiga y critica en el prójimo son sus propios pecados. Por eso los conoce tan bien. ¡Pecadorr de la pradera! ! ¡Que trabajas menos que el sastre de Tarzán!
(Por cierto, es lo mismo que hacía el pedagogo Rousseau. Su idílica pedagogía pre-Logse no coincidía con el funesto abandono al que sometía a sus hijos. Dime de lo que predicas y te diré de lo que pecas...)
De haber vivido hoy, hubiera sacado unas oposiciones a profesor de instituto...envidiosos
ResponderEliminar¿Envidiosos...?¿Envidiosos? ¿De un tío con pústulas en pene y ano al que le ponen en la calle con los cuatro churumbeles por no pagar el alquiler? XD XD XD ¡Ay que risa, tía Felisa! ¡Ay, que me da! ¡Las sales, las sales...!
ResponderEliminar¡Venga, hombre, que todavía hay clases!
(Gracias a las clases nos ganamos la vida los profes. El que quiera hacer oposición, ya sabe donde tiene los temarios... que por cierto no le veo yo al sr. Marx muy interesado en ocuparse en un trabajo así de humilde, esforzado e incomprendido. Aunque también tiene sus compensaciones, claro está. En fin...)
Tal como os poneis, se diría que el hombre no escribió nada, que es la postura del articulista. Escribir para cambiar la historia: ese es el veneno faústico...
ResponderEliminarAquel que quiera cambiar el mundo debe empezar por cambiarse a si mismo. (Sócrates)
ResponderEliminarAtribuido a. ¿Y quién dice que Karl no quería un mundo de ociosos borrachines tabaquistas y charlatanes noctámbulos?
ResponderEliminarSí pero de las pústulas de aquel pene hablamos hoy y del tuyo creo que se hablará bastante poco.
ResponderEliminarEso espero. Donde esté Rasputín...
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