Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

martes, 30 de noviembre de 2010

¡Diógenes! (¿Sindrome de?)

En el tiempo, no tan lejano después de todo, en que fatigaba la web consultando diariamente mi puesto en la lista de interinos, encontré un trabajo de portero/conserje en un edificio de oficinas pegado a La Bolsa. Venía a sustituir al de toda la vida, que se jubilaba y no de muy buen humor, según parecía, pues se largó sin instruirme en sus muchas e intríncadas tareas. De modo que allí estaba yo de 6 y media de la mañana (daba miedo abrir las oficinas a oscuras, y más con Jiménez Losantos en los cascos, que por aquel entonces no conocía e imaginaba como un reviejo solitario de malísima baba pero fácil verbo mascando una colilla) a la misma hora del otro lado el meridiano, aplacando el vacío con libros y radio, hasta que el administrador se percató de mi poca disposición para el oficio. Era un jefazo entre varios de los que ocupaban el inmueble, y que, como los demás, llegaba emperifollado pero en moto, que sigue estando todavía de moda entre el cuello blanco madurito, y por su cargo gastaba una mala hostia que te cagas. Ni dos meses tardó en echarme, y sin avisar, una tarde en la que iba yo a por un renuevo en mi uniforme de pringao y me informaron de que mis servicios ya no eran necesarios. Pero la relación con el carquilla ese me deparó un instante casi glorioso, que tuvo lugar cuando me reprochaba lo sucios que estaban los cubos de basura (por lo visto, también había que limpiarlos por dentro):

-Usted que es filósofo, supongo que habrá oído hablar de Diógenes, ¿no?
-¿Laercio o de Sínope?

Todavía hoy no logro concretar cuál de los dos se pasó más de listo en aquel momento. O de tonto.

2 comentarios:

  1. Una anécdota muy divertida, me encantó cuando me la contaste.

    Es verdad que hay veces que a uno se lo ponen tan a huevo, tan a huevo, que es una prueba titánica morderse la lengua. Algo así debió pensar el de Sinope cinco minutos después de decirle a Alejandro que no le quitase el sol...

    A mí me echaron una bronca en mi antiguo trabajo porque en el equipo de música (que habíamos instalado en nuestro departamento para amenizar los ratos de diseño gráfico con el ordenador) habíamos puesto un disco de Joaquín Sabina, quien el día anterior había hecho unas polémicas declaraciones, como todas las suyas.

    Entró el jefe en el departamento y me dijo: "¿Ese no es el Sabina? ¿Cómo estáis escuchando a ese @#]*#@## ?"

    A lo que yo le contesté, como incitándole a moderar su lenguaje delante de mis subordinados: "Aquí no hay ningún @#]*#@##, que yo sepa."

    Un par de meses después me echaron. No sería por eso, pero... no pude contenerme. :D

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  2. Bocazas se llama a eso que somos, no nos engañemos...

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