jueves, 18 de noviembre de 2010
Lo ví estupefacto en la tele de un bar anteayer...
...gordo como un oremus, César Vidal impartía doctrina en vivo desde "libertad digital" -¿libertad a digito?- como antes lo había hecho en radio, artículos, revistas o libros, un centenar de libros.. (el truco para escribir tanto siempre es el mismo, aparte de negros: tener las ideas claras e inamovibles, que así todo dato nuevo encaja a la primera en la plantilla). El almuerzo le ayuda a pensar y desde esa euforia nos exhorta o desde la indigestión nos condena: en cualquier caso se trata inexorablemente de desenterrar el tarro de las esencias patrias, que por lo visto es como la dieta mediterránea de la hispanidad, archinuestro y archisaludable. Sin conocerle leí yo de kiosko Los masones, y debo elogiar la honestidad del título, ya de la masonería en sí no se aportaba explicación alguna: la cosa consistía más bien en delatar uno por uno a los infiltrados históricos y denigrarles por su poca verguenza. De verdad que no sé qué hemos hecho en sudeuropa para merecernos este viejuno retablo de gárgolas verborreicas empeñadas en la empresa de no dejarnos nunca escapar del pasado, como tratando de emparedarnos para siempre jamás entre sus innumeros volúmenes de rancias mentiras. Que no lo digo sólo yo, antipáticamente, que es vox populi incluso en la red... http://es.wikipedia.org/wiki/César_Vidal (O sea, que todavía si fuese un Menéndez Pelayo rezagado de la prosa y la erudición al servicio de la causa, pero es que ni eso, leche...)
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Hablando de los "negros" literarios, Cela está siendo encausado póstumamente por plagio, parece que no suyo, sino de su "negro", como la Quintana. Pero para divertida la anécdota de Alejandro Dumas padre, que acudió deshecho al funeral de su "negro" sólo para descubrir que allí estaba también el "negro" de su "negro", y asunto solucionado.
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