Habrá quién opine que halloween es otra moda banal y consumista importada de EEUU, pero a mí me parece una estupenda apropiación de una subcultura ajena, divertida e inofensiva. Creo que fue viendo E.T. cuando nos enteramos de ella por primera vez en España, sin entenderla muy bien. Desde luego que no hay nada que entender profundamente: se disfraza uno de espantajo, se hace como que se rie uno de las cosas que no tienen ni puta gracia, y al día siguiente es otro día cualquiera, de nuevo de paisano y de nuevo del lado de los asustados, ni más ni menos. Mientras, sin embargo, la otra dimensión de los espíritus toma las calles por una noche como debe ser, o sea, sin Iker Jiménez poniendo voz de que todo es muy grave y misterioso -la imaginación al poder, decían: aquí lo imaginario no sube, baja a la plaza pública. Y los espíritus, monstruos y cocos lo que tienen de bueno es que ya no sirven para nada, sólo para hacer el indio y echarse unas risas. ¿Que sí que sirven, porque exorcizan las angustias, doman las fobias, catartizan los miedos? Dejamos esas sesudas consideraciones a los especialistas, que tienen que ganarse la vida con algo. A mí, con echar un ojo a esto me doy por informado: http://es.wikipedia.org/wiki/Halloween
lunes, 1 de noviembre de 2010
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