lunes, 11 de enero de 2010
Despedidas: debut de la película "chuchería"
Lo es porque pretende ser dulce y sólo es sintética. Hay que ser un niño para encontrarla deglutible, porque en caso contrario son dos horas de vergüenza ajena que no te las quita ni Espinete. El prota nipón posee la frenología de Manel Fuentes, así como su presunto jefe la fisionomía del Gregory Peck viejo: fuera de esos "parecidos razonables" todo es de una sensiblería facilona indigna del espectador del s. XXI. Y pivotado sobre el eje de un videoclip que te cascan en mitad del metraje para que salgas corriendo a comprar la melodía que ejerce -habría que contar cuántas veces- de banda sonora. Bueno, pues esta cosa por comparación a la cual habría que poner dos rombos a La casa de la pradera ¡parece que recibió el Óscar a la mejor película extranjera! La Academia de Hollywood es que siempre ha sido así, didascálica, no pensemos que la culpa la tienen los premios concedidos al Almodovar...
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Aunque lo de embellecer cadáveres delante de su familia es buena idea, la pinicula no ha tenido que inventar eso, sólo aprovecharlo.
ResponderEliminar¿Es que si no te comentas tú no te comenta nadie?
ResponderEliminarLa razón es que hacía pruebas de funcionamiento de los comentarios vistas la quejas, y no iba a escribir "mayday, mayday" o "1,2,3, probando", so lista.
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