lunes, 18 de enero de 2010
El invierno de nuestro descontento
Fuera de metáforas, todos los inviernos lo son de nuestro descontento, pero este más. Que si la cuesta de enero especialmente dura, que si los sin-techo se congelan en las calles, que si no se volverá a las anteriores tasas de paro en diez años, que si la catástrofe horripilante de ¡Ay!-tí (que está, al fin y al cabo, en el hemisferio norte), etc. Muchos no verán la primavera, o la verán con los mismos nubarrones del invierno incrustados en los ojos. No obstante, y a riesgo de que se me tache de egoista, hoy parece que hace mejor día. Puede salir el sol, que cantaban los Leño. Si lo hace le brindaremos con el abrigo y las sunglasses quitadas.
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Amén. Dios lo dijo y así se hará,...¿pillas?
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